En Carlitos de Pena coincidían dos sentimientos contrapuestos al término del choque de Vallecas. Por una parte estaba la alegría por haber logrado al fin estrenarse con la camiseta azul. Había pasado más de mes y medio desde su llegada a la capital de Asturias a finales de enero. Pero esa satisfacción quedaba enterrada bajo la decepción de la derrota. El 2-0 se imponía en su mente. El fin de la racha había llegado en un choque que el uruguayo no olvidará. "No es la mejor forma de debutar", dice con gesto contrariado Carlitos; "hubiera preferido quedarme en el banquillo y que el equipo hubiera ganado. Pero esto es muy largo, aún queda mucho y debemos seguir trabajando en la misma línea".

La explicación de la derrota coincide en muchos puntos con la ofrecida por Fernando Hierro en la sala de prensa de Vallecas. "Era un partido duro, lo sabíamos de antemano. El Rayo se jugaba mucho porque estaban presionados por la tabla y nosotros no salimos bien al comienzo del encuentro. Éramos conscientes de que ellos en los primeros 15 minutos de partido saldrían a tope, con el apoyo de su gente. Intentamos cerrar bien pero se encontraron con el primer gol y eso les hizo mucho más fácil el trabajo".

De Pena ofrece la receta para que lo sucedido ante el Rayo afecte lo más mínimo a la moral del equipo: "Hay que pasar página y pensar ya en el Girona. Tenemos que recuperarnos y sumar los tres puntos. La gente siempre nos apoya y estoy seguro que así lo harán el sábado".