En su primera intervención como jugador del Oviedo, Matej Pucko pide disculpas por su castellano. "Aprenderé lo más pronto posible", se excusa. Previamente le había pedido al club dar su primera rueda de prensa en castellano, un idioma que aprendió hace dos temporadas cuando jugó en Osasuna. Si la adaptación al idioma es tan rápida como su fútbol (31 partidos con el equipo navarro en su año del ascenso) parece que no tendrá problemas. "Es un currante", dicen los que le conocen. Y él lo confirma en un castellano lento pero seguro: "Estoy acostumbrado a trabajar duro".

Es la primera aproximación al fútbol del esloveno, que es un extremo con gol, descaro, con buena llegada y veloz, como apuntó ayer Enrique Martín, su entrenador en Osasuna, en estas páginas. César Martín, responsable de relaciones institucionales y parte de la dirección deportiva del Oviedo, le acompaña en el estrado y es el encargado de profundizar sobre las razones de su fichaje. "Es un extremo que la pasada temporada jugó por la derecha pero que también puede hacerlo por la izquierda. Incluso puede actuar como delantero. Tiene velocidad, desborde, juega con mucha intensidad y ve puerta con facilidad". Y añade: "Agradecemos su buena predisposición desde el primer momento a venir a Oviedo. Seguro que nos ayuda a lograr los objetivos".

El esloveno asiente a cada frase de César y se lanza a explicar las razones de su llegada. "Estoy aquí, en un gran club, muy bien organizado. Llevo dos días en Oviedo y la gente me ha tratado bien", indica. La referencia a su temporada en Osasuna es obligada. Con Enrique Martín en el banquillo, Pucko ayudó al ascenso a Primera. Cuando se le menciona esa campaña, el extremo mantiene la cautela: "Voy día a día, partido a partido, semana a semana. Veremos qué pasa". El discurso oficial lo tiene bien aprendido.