El Real Oviedo realizó un buen partido en el difícil campo de Vallecas pero no fue capaz de ponerle la guinda al pastel cuando el encuentro se le había puesto de cara. Con ventaja en el marcador, y con superioridad numérica, los azules se echaron demasiado atrás y vieron como los madrileños empataban el partido con un penalti por mano en el saque de una falta.

Sensación agridulce por la pérdida de dos puntos, que parecían ya en el bolsillo, y más aún tras desplegar un gran juego cuando el rival estaba con once demostrando una gran autoridad sobre el terreno de juego.

Como es habitual Anquela optó por dar continuidad a su once de gala. Desde el minuto uno, los asturianos salieron a presionar a campo rival dificultando el juego de los de Míchel. El partido era un toma y daca continuo pero con cierta superioridad de los visitantes.

Sin embargo en una jugada aislada, en un malentendido en un despeje, la defensa permitió que Embarba centrara desde línea de fondo para que Chori Domínguez rematara a placer en el área pequeña.

No se descompuso el Oviedo que siguió jugando al mismo ritmo y con la misma autoridad que hasta entonces. El buen juego tuvo su premio en saque de esquina de laboratorio que Carlos Hernández remató al larguero. El balón bombeado le cayó a Linares junto al poste que consiguió meterlo en el área pequeña para que Christian empatara el partido al filo del descanso.

Tras el paso por vestuarios, pronto tomaron los visitantes ventaja en el marcador y otra vez a balón parado. Falta que Berjón coloca en el segundo palo donde Carlos Hernández con la cabeza remató con claridad a la red.

Tras este tanto se vivieron los mejores minutos de los ovetenses. Christian Fernández y Folch pudieron marcar el tercero pero con el paso de los minutos poco a poco los azules fueron dando unos cuantos pasos hacia atrás.

La expulsión de Velázquez parecía poner el partido de cara para los de Anquela pero si hasta entonces los visitantes habían combinado y mezclado ataque y defensa, desde entonces solo se dedicaron a defender y achicar y despejar balones en largo.

Sin conceder apenas ocasiones el balón rondaba siempre el área azul con el peligro que ello conllevaba con Manucho ya sobre el terreno de juego. En un balón largo, Carlos Hdez. se vio obligado a derribar al propio Manucho casi sobre la línea del área.

Falta peligrosísima que se convirtió en penalti cuando Christian al salir de la barrera interceptó la pelota entre la cara y la mano. A pesar de quedar conmocionado, Pérez Pallás señalizó la pena máxima que Trejo se encargó de transformar a falta de diez minutos para el final.

No pasó demasiado hasta el final de un encuentro en el que el Real Oviedo sumó finalmente un punto ante más de quinientos aficionados desplazados hasta Vallecas y que deja un reguero de bajas en defensa para el próximo partido por acumulación de amonestaciones.

Ni Christian Fernández, Forlín ni Mossa podrán jugar en el Carlos Tartiere el próximo sábado a las 18h frente a la UD Almería.