Con los futbolistas sudando los excesos veraniegos en El Requexón y el mercado en plena ebullición, a Anquela se le pregunto en la última semana de julio por la posición de medio centro. Contaba por entonces el jienense con Folch y Rocha en su plantel, con la ayuda del canterano Edu Cortina, cuando contestó así: "Nos falta gente en esa posición, en la cocina del equipo. Estamos muy justos. Necesitamos incorporar más gente". El mercado avanzó a ritmo lento, pausado, y la plantilla se reforzó en el centro con dos piezas un tanto exóticas, o por lo menos alejadas del mercado típico nacional: McDonald Mariga y Patrick Hidi. Martín González explicaría más adelante que se optó por esa vía en vista de los precios prohibitivos que se manejaban en España. Con solo nueve jornadas por disputarse la sensación es que al Oviedo le falta alguna pieza en su centro del campo, en la cocina carbayona.

Las cosas han funcionado con regularidad en la medular en buena parte de la temporada por varios factores. El sistema de tres centrales ha ayudado en la labor defensiva pero también ha exigido mayor esfuerzo a los pivotes. Folch y Rocha no tardaron en hacerse con las riendas del equipo. Ofrecían las soluciones demandadas por Anquela. Mientras Folch se afanaba en la construcción, siempre con la jugada en mente un par de segundos antes de que sucediera, Rocha se afanaba en las pequeñas cosas: un rechace aquí, cortar una contra allá, dar salida al juego? Los hombres de arriba resolvían y la zaga se mantenía firme en los buenos momentos. La medular no era tema de debate.

Pero el paso de la competición fue lastrando el juego. Sin la capacidad de sorprender en las bandas, el equipo se ha atascado en la construcción de la jugada en varios choques. La ausencia de Rocha ante el Alcorcón volvía a poner a prueba el fondo de armario y los recursos de Anquela en el medio. La prueba volvió a salir mal esta vez.

La solución empezó a torcerse con el periplo de Mariga con la selección keniana. La llamada llegó en el momento menos oportuno si se atiende al deseo de continuidad del africano. Había sido titular ante el Granada y había cuajado un choque notable. Viajó con su selección y ese desplazamiento truncó su participación ante el Alcorcón. "Mariga vino lesionado", comentó Anquela con amargura. El keniano no participó en ninguno de los dos amistosos pero su regreso no fue en el estado esperado por el entrenador.

Todo pasaba por Hidi, acompañante de Folch el sábado. Las cosas no le salieron al húngaro en los 62 minutos que estuvo en el campo. Intervino en 40 acciones, solo 24 de ellas con éxito. Las sensaciones con el magiar no fueron buenas, desconectado de la construcción de la jugada y falto de ritmo.

El choque se encargó de resaltar que el Oviedo atraviesa un problema en el centro del campo. Folch. 2.880 minutos jugados, es la pieza maestra del engranaje, indispensable en todo el campeonato, tanto que solo se ha perdido el choque de Tenerife por sanción. Rocha (2.113 minutos) ha sido su compañero habitual, un complemento acertado cuando le ha llegado la gasolina. Pero las soluciones se agotan ahí. A Mariga (551 minutos) y a Hidi (310 minutos) les ha faltado peso en el equipo y ahora que se acerca la recta final parece más complicado que puedan aportar cosas diferentes al juego de los de Anquela.