El regreso a los entrenamientos tras el parón del martes fue accidentado en El Requexón. Anquela inició la sesión con la única ausencia de Olmes que, que como viene siendo habitual en las últimas semanas, trabajó en el césped con el readaptador Nacho Gonzalo. Pero las buenas noticias se truncaron pronto, al retirarse Viti a los vestuarios después de los primeros ejercicios. En el tramo final del entrenamiento, durante la disputa de partidos en espacios reducidos, Mariga y Aarón sufrieron sendos percances y también enfilaron el camino de los vestuarios.

En los dos últimos casos no parece que se trate de lesiones de importancia. Mariga se lastimó en el tobillo derecho en una disputa y abandonó el campo acompañado del fisioterapeuta. En una de las últimas acciones, Aarón chocó con Mossa al ir éste a disparar y siguió el mismo camino. Se espera que los dos puedan estar en el partidillo de hoy (10.30 horas, El Requexón), ante el filial, en el tradicional banco de pruebas semanal para ver por dónde pueden ir los tiros. Ayer, en un ejercicio táctico, Anquela formó su defensa con cuatro hombres en línea. Parece que la apuesta por el 4-2-3-1 podría tener continuidad en el choque ante el Nàstic.

Al margen de los percances, el equipo azul sigue metido de lleno en el plan de trabajo semanal para preparar el choque del domingo ante el peligroso Nàstic. Ramón Folch, elegido por los aficionados como mejor futbolista azul en marzo, aprovechó su presencia en la sala de prensa para pedir, de nuevo, la ayuda del Carlos Tartiere. "Necesitamos el apoyo de la gente, son un factor a tener en cuenta. El club ha hecho un gran gesto para que la gente se vuelque más con el equipo: en Lugo ya lo notamos. Estoy seguro de que los nuestros van a responder perfectamente", comentó el centrocampista, que advierte sobre el Nàstic: "Es un equipo sólido, con gente arriba peligrosa y en el medio con llegada".