Oviedo

Ochenta países del mundo consideran ilegal la homosexualidad y, en cinco de ellos -Irán, Mauritania, Arabia Saudí, Sudán y Yemen-, así como en algunas zonas de Nigeria y Somalia, los actos homosexuales pueden ser castigados con la muerte, según el estudio elaborado por la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (ILGA, en inglés). Al cumplirse, el pasado día 17, veinte años de la descatalogación de la homosexualidad como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud, Xega, el colectivo asturiano de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales, presentó una guía didáctica orientada al ámbito escolar en la que se detallan los derechos de este amplio colectivo en el mundo.

La edición coincidió con la celebración del «Día mundial contra la homofobia, la transfobia y la bifobia», una fecha que, a juicio del colectivo, «sigue siendo necesaria para recordar que las diferentes orientaciones sexuales e identidades de género son motivo de una discriminación que debe ser erradicada de la sociedad».

La homofobia es el miedo, la aversión o la discriminación de la homosexualidad. Las asociaciones que defienden los derechos de los homosexuales la consideran «escandalosa y peligrosa» cuando «es producto de individuos y de personas organizadas en grupos formales o informales porque convierte la vida de las personas en un auténtico infierno».

En estos momentos, el matrimonio homosexual, que regula la relación y convivencia de dos personas del mismo sexo, con iguales requisitos y efectos que los existentes para los matrimonios entre personas de distintos sexos, está legalizado en los Países Bajos (2001), Bélgica (2002), España y Canadá (2005), Sudáfrica (2006), Noruega (2008), Suecia (2009) y Portugal (2010). Más de la mitad de los ciudadanos de Suecia, Dinamarca, Luxemburgo, Andorra, Alemania y la República Checa están a favor de su regularización.