Oviedo, Raquel DÍAZ

Un joven de 23 años ingresó, el pasado domingo, en el Hospital Infanta Cristina de Badajoz, en estado de coma e importante agitación psicomotriz, tras la ingesta de hojas de estramonio. Ocurría días después de que otros dos jóvenes murieran en una fiesta «rave» de Getafe, después de consumir esta misma planta venenosa. Estos hechos han sacado a la luz algunas prácticas que están de moda en el mundo juvenil, como los inhaladores de alcohol, también llamados «oxy-shots»; el tampón de vodka o «beber» por los ojos.

Julio Bobes, catedrático de Psiquiatría y estudioso de las consecuencias de estas prácticas, llama a estos nuevos métodos «intoxicaciones express», y , en declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA, afirma que, aunque pueda no parecerlo, «son prácticas que llevan varios años ocurriendo, y que van siempre acompañadas del ocio y la diversión entre jóvenes que asisten a "raves", "parties" y este tipo de eventos». Según Bobes, estos procedimientos «son más comunes entre gente joven, pero no exclusivos».

El problema de todo esto, según afirma, es el poliabuso de varias sustancias. Ocurre con el estramonio y otras sustancias. «Generalmente no hablamos del consumo de una sola droga, sino que va acompañada de otras, normalmente el alcohol». Los jóvenes tienen prisa por colocarse. «En otra época no se buscaba un efecto tan veloz, tan desesperado», subraya. En su opinión, la causa fundamental de estos comportamientos es «el desconocimiento». «Es necesario que los chicos y chicas conozcan los efectos de las nuevas drogas, tienen que saber dónde está el límite», comenta. El psiquiatra asegura que, «durante mucho tiempo se ha hecho apología del uso y abuso de las drogas, y por eso es necesario mostrarles a los jóvenes la cara B del ocio y la diversión, lo que viene después de consumir, lo que ellos no saben».

Estas peligrosas prácticas afectan en gran medida al cerebro. Bobes advierte que «muchos no saben que este órgano no está totalmente formado hasta los 21 años, y aunque la droga, por supuesto, causa daños a partir de esta edad, las secuelas en menores de 21 son mucho mayores». El psiquiatra cree fundamental que «el próximo plan de salud mental regional aborde la exposición de los jóvenes a las drogas». «Esperemos que este nuevo Ejecutivo lleve a cabo una legislación acorde con las necesidades de los menores en este ámbito», precisa.

El psicólogo Eduardo Carreño, por su parte, asegura que «no hay que olvidar que la droga es un negocio, y se mueve en un mercado en el que hay que modernizarse y evolucionar». Según Carreño estas muertes y estas peligrosas prácticas que nos sorprenden tanto, «no son nuevas». «Antes, la heroína se fumaba, y luego para buscar un efecto mayor, pasó a inyectarse. Hace años no existían inhaladores de alcohol, por la sencilla razón de que no existían los aparatos adecuados», cuenta.

Carreño coincide con Bobes en que «el problema es, una vez más, el desconocimiento que existe en torno al efecto de las drogas». Los jóvenes buscan experimentar, probar sensaciones nuevas y desconocen lo que viene después. «No solo se consume éxtasis o anfetaminas, en muchas ocasiones los chicos prueban la pastilla verde o amarilla, sin tener ni idea de lo que toman», explica. El psicólogo recuerda que «la heroína se extendió porque la gente no conocía sus efectos, y una vez que se conocieron pasó a ser una droga muy minoritaria». «Ahora pasa lo mismo, los jóvenes no conocen los efectos de las nuevas sustancias, y piensan que tienen un riesgo menor. Con esto quiero decir, que el mercado seguirá innovando, y nos quedan aún muchas cosas por ver», asegura. Y matiza: «Todo es cuestión de moda; el estramonio no es nuevo; es una planta que lleva consumiéndose bastante tiempo y en Asturias hay algo parecido, que se llama "monguis"».

A juicio de Carreño estas prácticas provocan una adicción «mucho mayor», ya que el cerebro tiene más posibilidad de engancharse a cosas intensas de corta duración.

Miguel Zaldívar, sociólogo y profesor de Comunicación, coincide con los dos especialistas en subrayar que el fenómeno no tiene nada de novedoso. «Probar algo nuevo, experimentar sensaciones desconocidas? son cosas que han pasado siempre y seguirán ocurriendo».

Según Zaldívar «lo que ha cambiado es la cronología». «Ahora pasa como en la serie "CSI", primero la emoción fuerte y luego todo lo demás; para los jóvenes, lo primero es emborracharse, y después divertirse". Este sociólogo cree que «los jóvenes, con estas prácticas, buscan emociones nuevas, romper el día a día, y salirse de lo común y de lo que "todos hacen"».

«Es necesario mostrarles la cara B del ocio, lo que ellos no saben»

<Julio Bobes >

Catedrático de Psiquiatría

«Buscan emborracharse, emociones nuevas, romper el día a día»

<Miguel Zaldívar >

Sociólogo y docente

«El estramonio no es nuevo; es una planta que lleva bastante tiempo consumiéndose»

<Eduardo Carreño >

Psicólogo