Soprano

Oviedo, Javier NEIRA

La soprano británica Judith Howarth hará el papel de Ellen Orford, la bondadosa y voluntariosa institutriz que quiere salvar al pescador Peter Grimes en la ópera del mismo nombre de Britten, que se ofrecerá el próximo día 29 en el teatro Campoamor de Oviedo. Es el quinto y último título de la temporada según una coproducción de Ópera de Oviedo, English National Opera y De Vlaamse Opera.

-¿Cómo una señora tan guapa fracasa en el empeño de llevar a Peter Grimes por el buen camino?

-Oh, creo que voy a tener que venir a trabajar a España más a menudo. Bueno, es un rol que he hecho muchas veces. Me gusta mucho la faceta de actriz en este papel y creo que la gente ha llegado a verme como Ellen.

-Pero fracasa en el intento de reconducir a Peter Grimes.

-Nadie gana en esta ópera. Realmente, es una pieza deprimente. Una obra depresiva. Nadie gana. Peter Grimes asume que debe ir a hundir su bote, dos chicos mueren y además en circunstancias sospechosas y Ellen quiere cuidar de Peter Grimes, pero al final no tiene nada, se queda sin nada. Todo el mundo acaba frustrado en esta obra.

-¿Es una alegoría?

-La conducta de Ellen es victoriana por su forma de conducirse. Salva a los chicos de sus familias y casas, pero la alternativa, Peter Grimes, casi los esclaviza por la forma en que los hace trabajar. Es una obra con doble sentido. Lo que ocurre sería hoy inaceptable, los trabajadores sociales no permitirían que se hiciese lo que hace con esos chicos. La gente sospecha de él, no les gusta. Y creo que Ellen tampoco les gusta. Nadie termina feliz.

-¿Y ese empeño de Ellen?

-Bueno, es una institutriz. Es viuda, damos por hecho a lo largo de la ópera que no tiene hijos. Quiere cuidar a los chicos. Siente que está en el mundo para ayudar a los demás. Quiere salvar a Peter Grimes, pero no en el sentido religioso del término, sino sencillamente cuidar de él. Es una persona maravillosa, pero creo que nace en el momento incorrecto. De vivir hoy sería una de esas mujeres que adoptan niños.

-Quizá Britten vive una guerra interior tal que le nubla la realidad de la II Guerra Mundial durante la que escribe la ópera.

-Cierto, ni una alusión. No se muy bien por qué, ya que se escribe durante la guerra. Vive en una pequeña comunidad muy alejada, no hay una ciudad grande cerca ni un puerto importante. Vive de alguna manera muy alejado de la guerra.

-¿Cómo es su rol para la voz?

-Es muy agradecido de cantar y tiene el aria más famosa de la ópera. Es preciosa. Me encanta cantar ese rol, es muy sentido, es muy intenso. Necesitas un buen control de la voz. Me gusta cantar las notas altas porque creo que es lo que hago mejor, son notas que flotan de alguna manera. Normalmente, me dedico al bel canto y este papel es un reto muy bonito porque es muy diferente.

-¿Qué es lo habitual?

-Títulos como «Traviata», «Maria Stuarda», sobre todo «Madama Butterfly», «Don Carlo»...

-¿Y en Oviedo?

-Dos conciertos, uno en la Catedral y otro en el auditorio Príncipe Felipe, con «Oviedo Filarmonía» para cantar «Il segreto di Susanna». Se grabó. Soy inglesa, mis padres eran ministros de la Iglesia, viví en Escocia, lo primero que canté fue en la iglesia, obras de Bach, Haendel o Mozart, he viajado mucho y sigo. Veo que en Oviedo hay mucha gente. Me encanta el vino tinto. El teatro Campoamor es muy bonito, todo el mundo aquí es muy agradable y tengo muchas ganas de volver. En total, estaré en Oviedo casi mes y medio. Como viví en Escocia me siento ambientada.

-¿Qué significa Britten, el gran compositor británico contemporáneo, para una cantante inglesa?

-Bueno, hay varios grandes compositores ingleses contemporáneos, como, por ejemplo, William Walton. Canté su ópera «Troilus and Cressida» y es maravillosa. O William Alwyn. Hay cuatro grandes compañías en Londres, sobre todo dos con alto nivel internacional. Estuve contratada por el Covent Garden nueve años. Acabé el colegio y directamente al Covent Garden, con 21 años, como cantante principal. Britten me ha dado mucha suerte, he viajado alrededor del mundo con Britten. Canté en Santiago de Chile, por ejemplo, y quedé impresionada por el entusiasmo de la gente. El «pronter» con el subtitulado en inglés no lo entendía, estaba muy mal transcrito. Seguro que el coro lo entendía, pero yo no. Es increíble cómo aman la música en Sudamérica. Bueno, no habría por qué sorprenderse, pero suele pensarse que esta música gusta más en otros países.

-Y está dando grandes cantantes.

-Sí, hice «Los cuentos de Hoffmann» con un tenor mexicano fantástico. Encima, era alto y guapo. Oh, mi trabajo es fantástico. Bueno, estoy casada con un tenor escocés.

-Para hacer Maria Stuarda es muy apropiado.

-La escena del rapto en el castillo sucede a cuatro kilómetros de donde estuve viviendo años. Y en otro pueblo había un hotel que se llamaba como uno de los ministros reales. Ahora canto el rol de «Elisabetta», así que tengo los dos papeles, el de reina de Escocia y el de reina de Inglaterra.

-¿La buena y la mala?

-Después le diré cuál prefiero.

-¿Y la producción que se va a presentar en el Campoamor?

-La producción es muy buena. Hice muchas veces «Peter Grimes» y esta producción es la más realista.