Oviedo, M. S. M.

Las sociedades científicas médicas asturianas piden la mediación del presidente del Principado, Javier Fernández, en el conflicto sanitario para tratar de desbloquear un asunto que, a su juicio, «está poniendo en grave riesgo la calidad asistencial».

Así lo expresó ayer la presidenta del Colegio de Médicos, Carmen Rodríguez, respaldada por los representantes de una veintena de sociedades médicas, que mostraron su total desacuerdo con «el cambio radical y unilateral de nuestras condiciones laborales» que quiere imponer la Consejería de Sanidad. Los asociados quisieron mostrar unidos su «inquietud» por la situación de la sanidad «rogando» la intermediación de Javier Fernández y asegurando que acatan las medidas gubernamentales establecidas en el real decreto del 13 de julio sobre reducción de retribuciones, pérdida de la extra, aumento del horario en 110 horas anuales (2,5 horas semanales) pero no están dispuestos a aceptar ningún cambio que afecte a sus condiciones laborales.

Los médicos también están «preocupados» por «la campaña de desprestigio continuado» que vienen padeciendo, lo que entienden que «atenta» contra su «dignidad profesional y debilita la confianza de la sociedad en el Servicio de Salud». En este conflicto, Carmen Rodríguez sostiene que los médicos no están defendiendo intereses corporativos, sino su «estatus social, que se logra tras muchos años de trabajo y formación». En sus respuestas, la presidenta del Colegio de Médicos no aclaró si los allí reunidos respaldan la huelga sanitaria, pero insistió en que no van a aceptar el aumento de hasta 230 horas anuales ni que se siga «vilipendiando» a la profesión «porque con nuestro desprestigio va también el de la sanidad asturiana», dijo.

El fracaso de las negociaciones es, a su juicio, una muestra de que cuando no hay acuerdos los interlocutores dejan de ser válidos, algo en lo que se apoyó para pedir diálogo y «no cambios unilaterales».

José Antonio Vidal, presidente de la Sociedad Neurológica Asturiana y participe en la mesa negociadora con el Sespa, criticó la postura del consejero Faustino Blanco, por señalar tras la última reunión «en la que se avanzó en algunos aspectos, que somos inmovilistas». Vidal cuestiona la voluntad negociadora de la Administración porque mantienen «un discurso muy cerrado», y lo que «necesitamos», dice, es un interlocutor claro y con capacidad de tomar decisiones.