Los promotores de la iniciativa "30 días en bici" se han puesto como objetivo llenar Gijón de bicicletas. El reto es tan ambicioso que estos ciclistas han querido que hasta los peces conozcan el medio de transporte más ecológico y sostenible. Por eso ayer el buzo Jacobo Soler introdujo, cuando pasaban apenas dos minutos de las doce del mediodía, una bicicleta en el tanque de los tiburones del Acuario de Gijón. La idea, que hizo las delicias de los niños, que contemplaron el espectáculo desde las gradas, no gustó demasiado a las tortugas bobas. Uno de estos reptiles llegó incluso a atacar por la espalda al buzo, que se vio sorprendido por el repentino rechazo del animal.

"Moló cuando le mordió el culo, porque le dio un susto", contaba entre risas Marcos Suárez, de ocho años, alumno del colegio gijonés Virgen Reina, que estos días participa junto con otros compañeros y amigos en las actividades organizadas por el Acuario para las vacaciones de Semana Santa. La anécdota no evitó, sin embargo, que los pequeños se quedaran con lo fundamental: los beneficios de moverse en bicicleta. "Llevamos todo el mes proponiendo cosas para que la gente vuelva a las bicis, y nos parecía que ésta era una forma muy buena de destacarlo", contaba Carlos Rodríguez, uno de los promotores de "30 días en bici", mostrándose satisfecho con una experiencia con la que, además, se pretendía adelantar la celebración del "Día mundial de la bicicleta", previsto para el próximo sábado. "Ha sido un momento único, y más para mí, que me gustan mucho los animales", resumía Mikaela López, una niña gijonesa de 10 años.

La actividad sirvió, además, para abrir el Acuario a la ciudad. "En cuanto nos dijeron que querían traer esto lo aceptamos. Hay que colaborar con quienes vienen con ideas en la cabeza para dar a conocer nuestras instalaciones", aseguraba Alejandro Varillas, director de operaciones del Acuario de Gijón.