"No hay nada que ponga al HUCA, a los enfermos, al personal o a los servicios en situación crítica". Faustino Blanco, consejero de Sanidad de Asturias, respondía así, ayer, en la Junta General, a una pregunta sobre las deficiencias en la construcción del citado centro, realizada por la diputada del PP Victoria Delgado.

La parlamentaria calificó de "verdadero escándalo" el hecho de que un hospital nuevo necesite, cinco meses después de su apertura, "cerrar quirófanos, suspender o reprogramar intervenciones" por defectos constructivos, así como poner una carpa para que los enfermos que llegan a urgencias no se mojen cuando llueve. "Podemos hablar de fracaso, el suyo y el de todo su equipo", dijo.

Blanco contraatacó poniendo ejemplos de hospitales en reforma o en construcción de autonomías gobernadas por el PP cuyas obras acumulan retrasos y los presupuestos se han elevado considerablemente sobre la cifra inicial, entre ellos los de Valdecilla (Cantabria), Burgos, Vigo y Toledo.

El Consejero también dio datos que, según dijo, "ponen en valor" la sanidad pública asturiana: cifras de pacientes atendidos, de intervenciones realizadas, de consultas. "Tenemos la historia digital más avanzada del país", afirmó.

Por otra parte, el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) denuncia en un comunicado la "sobrecarga laboral inadmisible" de los técnicos en cuidados de enfermería (TCE), a los que se les han ido aumentando sus funciones desde el traslado al nuevo HUCA. Citan, entre los trabajos añadidos, la distribución de los contenidos de los llamados "manolines", los robots que trasladan los carros de la ropa sucia, medicación y comida.

Sobre la petición de SICEPA de que se disuelva la empresa pública Gispasa, Faustino Blanco declaró ayer en Gijón que es responsabilidad del Gobierno, "y nosotros pensamos que añade valor a un proceso como es la gestión de la sanidad".