Ha contado en alguna ocasión que pinta desde siempre y a partir de unas pocas clases que recibió de Vela Zanetti. Pero al pintor Andrés Rábago, madrileño de 1947, le fueron saliendo dos heterónimos (al igual que a Fernando Pessoa le surgían otros poetas) durante los muchos años que lleva trabajando para distintos medios periodísticos, desde hace tiempo en "El País". El primero fue OPS, dadaísta dibujante en medios de las postrimerías del franquismo, como "Triunfo" o "Hermano Lobo"; el segundo es El Roto, cuyas viñetas ofrecen cada mañana un compendio de lucidez crítica. El gijonés Museo Barjola reúne ahora, bajo el título "Inventario", una muestra de esas dos facetas de un artista que recibió en 2012 el Premio Nacional de Ilustración.

El viceconsejero de Cultura del Principado, Vicente Domínguez, inaugurará la exposición el próximo viernes. Andrés Rábago ha confirmado que estará en Gijón para presentar "Inventario" y el catálogo de una muestra que tiene el interés de poner en relación al pintor de lienzos coloristas y surrealizantes o metafísicos con el dibujante e ilustrador que se ha convertido, por su agudeza dinamitera, en un maestro de la sátira social. Las viñetas de El Roto en "El País" -y antes en cabeceras como "El Independiente" y Diario 16"- plantean siempre, con frases lapidarias en las que brillan la paradoja y la economía lírica propia del aforismo, un cuestionamiento de las realidades oficiales. Como antes ocurrió con OPS, aquel "inspector de alcantarillas", en palabras de Manuel Vicent, El Roto se ha independizado de tal manera de Andrés Rábago que tiene su propio estilo y se ha convertido, de alguna manera, en el gran iluminador de las sucesivas crisis españolas y en el explorador de las contradicciones y sombras de la globalización. Ha firmado libros como "Viñetas para una crisis" o el reciente "Desescombro", que ha descrito a su manera: "Un intento de recorrer los cascotes de la crisis y resumir el derrumbe que ha sido provocado".

El pintor Andrés Rábago ha expuesto varias veces en Gijón, en concreto en la galería Cornión, y siempre con notable aceptación entre aficionados y crítica. El escritor Andrés Trapiello ha hablado de "pinturas abrumadoramente silenciosas" para referirse a unos cuadros en los que, a diferencia de lo que ocurre con los dibujos de El Roto, la palabra sería molesta e iría contra la significación abierta que proponen estas obras. De filiación figurativa, su pintura ha sido razonablemente emparentada con la de los autores metafísicos italianos y, también, con la de algunos surrealistas. La descontextualización, los planos espaciales y el uso del color son algunas de las características del pintor. La palabra concisa como escalpelo es, en cambio, la seña de identidad de El Roto: "Bajaron las persianas y nos dijeron que era de noche".