Por más que va a la fuente, el Sporting no es capaz de romper el cántaro. Rubi necesita mejorar la eficacia de su equipo para multiplicar las opciones de alcanzar la permanencia y sacar un mayor rendimiento al buen fútbol que están desplegando. En dos partidos consecutivos en El Molinón ante Atlético de Madrid y Celta, el Sporting completó ciento cincuenta y cinco minutos (dos y media largas) de buen fútbol, pero el balance fue de un punto, dos goles a favor y cinco en contra. La primera conclusión evidente es que el equipo falla en las áreas. Justo donde no se puede fallar.

En la suma de estos dos encuentros, el Sporting completó treinta y cinco remates (quince ante el Atlético y veinte ante el Celta), pero sólo fue capaz de hacer dos goles y uno de ellos de penalti.

La esperanza del sportinguismo se sustenta en las buenas sensaciones que desprende el equipo, capaz de superar en fútbol a rivales de presupuesto mucho más elevado. Los problemas del Sporting no se circunscriben al área contraria. También pagan muy caras las equivocaciones en su retaguardia. Cualquier pequeño error penaliza en exceso a los rojiblanco. El ejemplo más claro es la frivolidad de Traoré, que intentó un taconazo en el centro del campo, que terminó convertido en la jugada clave del partido. Las consecuencias de ese adorno innecesario fueron devastadoras: expulsión de Jorge Meré y gol de Iago Aspas. Mucho premio para el Celta con poca producción.

Es cierto que el equipo se mantuvo entero y ha rebajado de forma evidente el número de bajadas de tensión, pero siguen penalizándole en exceso. Si el Sporting consigue equilibrar sus comportamiento en las áreas, estará mucho más cerca de alcanzar la permanencia.

Los dos próximo partidos en El Molinón, ante Deportivo de La Coruña y Granada, los equipos que marchan antes y después del Sporting en la clasificación, determinarán la suerte de los rojiblancos con vistas al final de temporada. Si consigue hacerse fuerte en casa y superar a ambos, los de Rubi estarán mucho más cerca de conseguir el objetivo de salvar la categoría.

La expectación se centra ahora en la sanción de Jorge Meré. El club confía en que el rojiblanco sea castigado únicamente con un partido, con lo que se perdería el duelo del Nou Camp, pero podría jugar ante el Deportivo. Rubi también tendrá que ver cómo maneja la situación de los futbolistas apercibidos de sanción. Los que sean importantes para el técnico tienen complicado jugar en Barcelona.

Con toda la plantilla a su disposición, salvo el portero suplente Mariño, ayer fue la primera ocasión en la que Rubi pudo alinear realmente al equipo que más le gusta. Los futbolistas con buen pie tienen ventaja. Es el caso de Douglas y Carmona, que formaron una prometedora sociedad en la derecha; de Vesga, o de hombres como Burgui y Moi Gómez, con los que no contó el preparador catalán en sus primeras alineaciones, pero que ahora han terminado por convertirse en futbolistas importante para él. El equipo base del Sporting no cambiará mucho del que se vio ayer.