Con Baraja el Sporting ha llegado igualar al mejor Sporting de la historia. Eso sí, salvando las distancias, ya que el equipo actual compite en Segunda, y los de finales de los setenta llegaron a finalizar en segunda y tercera posición respectivamente la Liga en Primera. Aunque los datos refrendan la importancia de lo que está consiguiendo el actual equipo rojiblanco, que tras ganar al Reus encadena siete triunfos seguidos en Liga y nueve victorias consecutivas en El Molinón. O lo que es lo mismo, ha igualado la racha de victorias en casa que se consiguió con Vicente Miera en la temporada 1978-1979 (la del subcampeonato de Liga) . Y también se ha llegado al mismo registro de triunfos seguidos que se alcanzaron con Novoa un año después en las siete primeras jornadas de Liga.

"El equipo actual merece subir", coinciden en señalar Miera y Novoa, entrenadores de la época dorada rojiblanca. "Es muy difícil ganar siete partidos seguidos. Sólo se puede hacer cuando se tiene un muy buen equipo. Y el de ahora lo es. Hay un grupo muy compacto, con una gran seguridad en sí mismo y que hace las cosas con mucha coherencia", comenta Novoa. "Del equipo actual me gusta cómo juega y su ritmo regulado en los partidos. Me gusta el bloque y le veo con muchas posibilidades de subir", señala Miera.

En 1978 el Espanyol truncó con un empate sin goles una racha de nueve triunfos seguidos del Sporting en casa en sus primeros partidos de Liga en El Molinón.En 1978 el Espanyol truncó con un empate sin goles una racha de nueve triunfos seguidos del Sporting en casa en sus primeros partidos de Liga en El Molinón "Fueron momentos bonitos por la ilusión que se creó. La relación con la afición en casa era muy buena y fuera nos tenían simpatía todos, fuese en el campo que fuese", recuerda Miera, que añade que comprendía también las críticas puntuales de una afición que se había acostumbrado a los triunfos: "El equipo estaba muy bien y se ganaba con cierta facilidad. Teníamos muy buena continuidad en el juego, jugadores importantes y las aspiraciones eran las máximas posibles". Además, el técnico cántabro, que entrenó cinco temporadas al Sporting en dos etapas distintas, destaca como clave del éxito que "entrenábamos mañanas y tardes, que no era algo habitual en aquella época, y por lo que me cayeron algunos palos". Aquel Sporting finalizó la Liga segundo, tras disputarla casi hasta el final al Madrid, el único equipo que ganó en Gijón.

Un año después, con Novoa en el banquillo, el Sporting ganó los siete primeros partidos de Liga, hasta que empató en Almería en la octava jornada. "Acabamos la racha y a pesar de ser líderes de Primera el vestuario estaba disgustado", señala. "Teníamos un gran equipo, pero una plantilla corta, no como la de ahora, y eso nos penalizó al final. Con las victorias estás supermotivado y nunca piensas en perder, pero ese momento acaba llegando, por eso recomiendo al equipo de Baraja que no se disguste, que la igualdad es máxima y que también otros tropezarán".

Novoa, que dirigió al Sporting ocho temporadas en varias etapas diferentes, desvela las claves para intentar ascender: "Se tiene a Jony, que es un jugador incisivo por su alegría y velocidad y eso ha catapultado a todo el equipo, que además tiene una gran confianza y seguridad en defensa".