La elección de Luis Fernández-Vega Sanz como nuevo presidente de la Fundación Princesa de Asturias ha sido una buena noticia para el Principado. En esta comarca se siente de forma especial. La vinculación de la familia Fernández-Vega con Ceceda ya encadena a cinco generaciones de médicos, de la que el nuevo presidente de la Fundación Princesa hace la cuarta.

La actualidad de Luis Fernández-Vega permite refrescar un singular episodio de la historia vecinal de Ceceda en el que su padre, Luis Fernández-Vega Diego, desempeñó un papel relevante, como en casi todas las iniciativas con las que se comprometía.

La ruina del cuartel de la Guardia Civil iba a significar el cierre en Campulotu. Ningún pueblo quería quedar sin cuartel y Ceceda, con su demarcación de Cabranes, menos aún. Con el compromiso de Luis Fernández-Vega, que cedió un terreno; la complicidad de Sabino Fernández Campo y la aportación económica de los vecinos, el objetivo se consiguió. Se compró una parcela a Zoilo Cueto y el Gobierno de España pudo levantar un moderno cuartel. Una comisión representativa del momento, formada por el alcalde de Ceceda, el inolvidable Tito Caso; la maestra Alicia Díaz, el cura Diego Riesco y el concejal en Nava Gustavo Caso, viajó a Madrid a reunirse con el general y director de la Guardia Civil José Luis Aramburu Topete.

La efervescencia de la Transición era tal que aquel 29 de enero de 1981, cuando estaban todos en Madrid, dimitió Adolfo Suárez como presidente del Gobierno, y resultó imposible la reunión con el teniente general Aramburu Topete. Un mes después, Aramburu Topete sacaba a Tejero del Congreso y Ceceda tenía garantizada la obra de un nuevo cuartel en Campulotu.