Este es un fin de semana de transición y tiene mucha gracia. Caminar por Oviedo ayer, y supongo que hoy, es como asistir a un desfile de moda maletera. «Trolleys» de todo tamaño, color y estampado, con todo tipo de ruedas. Mochilas jóvenes y montañeras. Todo de tracción animal. La otra parte divertida del fin de semana tiene que ver con el color. Los que llegan están negros, porque han pasado el mes de julio al sol (divino tesoro) y porque mañana empiezan a trabajar. Y los que se van están blancos, porque Lorenzo no se ha dejado caer por aquí y porque se han fundido la extra para pagar las vacaciones y ya piensan en septiembre y los libros del cole, los uniformes y demás. Un consejo para los dos grupos: lo mejor es quedarse en casa trabajando y produciendo. Lo que se dice por aquí de trabajar a tres turnos, vamos. Quedarse currando en julio, agosto y septiembre. Así no gastas y produces. Pero eso que lo hagan otros, eh.