Tapia de Casariego,

Ángela ANGULO

La tradición surfista en Tapia sigue muy viva, gracias en parte a los jóvenes locales que se encargan de enseñar a las nuevas generaciones la práctica de este deporte en las playas de la localidad, que acoge cada año el Campeonato Mundial en Semana Santa. De la misma manera, en los últimos años han proliferado por la zona las escuelas de surf, que junto a las más veteranas transmiten a sus alumnos las técnicas para deslizarse por las olas de manera segura, en una experiencia que la mayoría de ellos sólo puede disfrutar durante la época estival, ya que como veraneantes tendrán que regresarse a sus casas al acabar las vacaciones.

La práctica del surf está unida al gran desarrollo que ha experimentado la zona en los últimos años, y los monitores de estas escuelas son conscientes de que su trabajo también ayuda a promover el turismo. «El surf no es un deporte de minorías, y aunque sabemos que entraña cierta dificultad y riesgo, queremos dedicarnos a nivel técnico y personal a nuestros alumnos para motivarlos», explica Enrique Lombardía, uno de los jóvenes monitores de la escuela Nordés Surfschool Asturias -afincada en la playa de Penarronda-, de Tapia. No existe un límite de edad para poder apuntarse a estas escuelas, aunque no se recomienda la práctica de este deporte a niños menores de 6 años.

Celia Li González, una pequeña gijonesa de 8 años que veranea en Tapia, acapara todas las miradas de los bañistas, que observan atónitos la destreza con que la niña desliza su menudo y esbelto cuerpo entre las olas. Su padre, orgulloso, la mira y la inmortaliza con su cámara de fotos desde la orilla, mientras explica que la pequeña forma parte del equipo de gimnasia artística de Asturias, habiendo sido campeona del Principado de manera consecutiva en 2009 y 2010, y subcampeona este año.

Celia Li -que empezó a hacer gimnasia a los 4 años y en invierno entrena seis días a la semana- también está clasificada como la novena en la categoría de barra de salto a nivel nacional. Lo suyo es una «habilidad especial», como explican los monitores de surf, ya que empezó el año pasado y, aunque no ha vuelto a subirse a una tabla hasta este verano, se desenvuelve como pez en el agua. Los monitores están dentro del agua con los alumnos, y su objetivo principal es que aprendan sin que se enteren: disfrutando.