El Museo Nicanor Piñole quiere ser este verano cantera de futuros artistas. La instalación acoge durante julio y agosto dos talleres relacionados con el pintor gijonés y en el que participan niños de entre 4 y 10 años. Cada taller consta de cuatro jornadas, de martes a viernes y ambos se desarrollan a la vez.

Los pequeños se dividen en dos grupos en función de su edad. Por un lado, los comprendidos entre 4 y 6 años, y por otro, los de 7 a 10. "Una semana un taller es para los más pequeños y a la siguiente para los mayores, y viceversa", explica Elsa Fernández, encargada de los talleres, "para que cada niño pueda participar en los dos". Hay muchos padres que apuntan a sus hijos en ambos talleres.

En el primero, titulado "Desde la barandilla en la playa con Piñole", los pequeños comienzan observando los cuadros del pintor gijonés relacionados con la playa, junto con bocetos y fotos del arenal, centrándose en contemplar los cambios a lo largo del tiempo. Posteriormente los niños pasan a la acción, dibujando ellos mismos los paisajes costeros. "La primera parte es teórica y la segunda práctica", apunta Elsa. Durante esta semana, los encargados de aprender con las obras del artista gijonés y de pintar sus propias versiones son los más mayores del grupo, los niños de entre 7 y 10 años. Ya ayer, tras la primera jornada, salieron del museo con su primera obra debajo del brazo. Un motivo de orgullo y que guardarán a buen recaudo.

Paralelamente, en otra sala del museo, los más pequeños, de entre 4 y 6 años, se sientan en torno a una mesa que cuenta con témperas y esponjas. Participan en el taller "Cara a cara", donde los pequeños se acercan por primera vez al retrato y a la fotografía. "Ahora van a hacer las pastas de los retratos", explica la monitora. Previamente, en la parte teórica, los instructores les habían insistido en fijarse en los fondos, no en las caras en sí. No deben tener prisa, por delante tienen otros tres días más para aprender. Al final del cursillo, sabrán hacer la foto de un retrato y a posar para ello.

A la una de la tarde, tras dos horas de cursillo y una breve parada para "merendar", como apuntaba algún peque, los padres o abuelos de cada uno ya les esperaban a la puerta, no sin antes cerciorarse la responsable del museo de que no quedaran solos. Allí, Malena Morán, de 7 años, cuenta que "al principio vimos a Piñole y luego pinté el cuadro con cera", mientras enseña orgullosa su dibujo del Muro.

Irene García, que, al cumplir el lunes 7 años, aún participa con el grupo de los más pequeños, explica que "pintamos con esponjas para hacer la portada del álbum", el cual completarán durante la semana.

Por su parte los padres se muestras encantados con este tipo de iniciativas. "Así aprovechan el tiempo en vacaciones", comenta Nuria Suárez, que ya trajo a su pequeña a otros talleres celebrados en el mismo recinto en Semana Santa. "El verano es muy largo", apuntilla María Iglesias, madre de otra de las pequeñas "Piñoles".