"Me parece increíble que a dos horas de mi casa, estuviese un edificio tan increíble y no lo conociese". Lo dice la santanderina Carlota Monteiro, que llevó al concurso de fotografía una instantánea en la que refleja la grandeza de La Laboral de Gijón. En concreto, el techo de la entrada, en el que se dibujan figuras geométricas por las que entran la luz. "Fue en lo primero que me fijé cuando empecé a estudiar aquí, hace ya tres años", cuenta Monteiro, de 20 años.