Los que vieron la película "El lobo de Wall Street" recordarán la escena. Los que no la vieron ni piensan verla, no tendrán inconveniente en que hablemos de ella, y los que no la vieron pero la tienen en cartera, tranquilos: contaremos esa escena por alto, pero nada de destripar la película. Tras una trifulca matrimonial de los protagonistas, interpretados por Leonardo DiCaprio y Margot Robbie, ésta última inicia un acercamiento que esconde un chantaje y a la vez una venganza muy femenina. Se viste con sus galas más atractivas y lo seduce, delante del bebé de la pareja. Cuando Leonardo, en el papel de Jordan Belfort, se lanza a saco, la chica le dice: "A partir de ahora a mamá se la mira, pero no se la toca". La escena dio lugar a uno de los fotogramas de promoción de la película, ellos dos en el suelo, Leonardo a cuatro patas y ella frenándole en seco con uno de sus talones en la frente del aspirante a semental a modo de tope.

Ella, ya lo dijimos, es Margot Robbie, australiana, 23 años. Para muchos, irresistible. Dentro de unos meses la veremos en el papel de Jane, la compañera de Tarzán y seguro que con poca ropa. Como en "El lobo de Wall Street". Margot es en la película Naomí Lapaglia, nombre ficticio que esconde al de la real Nadine Caridi, la que fue segunda mujer de Jordan Belfort, un tiburón financiero que se hizo de oro estafando a incautos hasta que su imperio le explotó entre las manos. Belfort, hoy rehabilitado y convertido en conferenciante y ponente por todo el mundo, reconocía no hace mucho, a raíz del éxito de la película de Martin Scorsese en la que se cuenta su vida: "Quería lo mejor, las casas más lujosas, el yate más grande, las mayores ganancias, también las rubias más despampanantes". Y por eso entró en su vida Nadine, interpretada por esta Margot que recuerda que lo pasó fatal para explicar a sus padres, gente conservadora, que en "El lobo de Wall Street" iba a salir desnuda: "Ya sabéis como es esto de los ordenadores, han hecho una doble con mi cuerpo", les dijo. Los padres no se lo creyeron, pero la sangre no llegó al río: "Cuando vieron la película se lo tomaron con toda naturalidad", reconoció la actriz. Menos mal.

A los televidentes australianos la cara y el cuerpo de Margot Robbie les suena desde hace tiempo. La actriz lleva sobre sus espaldas más de 300 episodios de una serie río en su país. "Vecinos" superó hace mucho los cinco mil capítulos, cantidad que da lugar a que pase por el programa todo el elenco australiano de actores. Margot pasó por "Vecinos" como artista invitada y se quedó tres años, desde 2008 a 2011. Fue precisamente en 2008 cuando apareció por Hollywood. Su primera actuación de tronío fue en una insufrible serie de azafatas titulada (en un prodigio de imaginación) "Pan Am". Aquello no funcionó pero a la azafata Robbie la serie la puso en el disparadero de la fama. Y hasta hoy.

Lo cierto es que, no sólo a base de enseñar cuerpo, Margot Robbie se ha convertido en uno de los bombazos de Hollywood. En su elección como partenaire de "El lobo" dicen que tuvo mucho que ver Leonardo DiCaprio. Normal. La escena de la habitación de la niña con Margot en falda muy corta y sin ropa interior dio mucho que hablar. Todavía lo sigue dando porque hay algunos suspicaces que dicen que las piernas de la chica no son las piernas de la chica, y que Margot Robbie, que mide 1,67 metros, no las puede tener tan largas. No se trata de buscar a una doble que dé el tipo, sino de hacer photoshop con imágenes en movimiento. Margot salió al paso de las especulaciones reivindicando sus extremidades y su agente artístico corrobora que de "cirugía digital", nada.

A Margot, además de en el papel tarzanesco de Jane, haciendo pareja con Alexander Skarsgard, la veremos a poco tardar en una película titulada "Focus" con Will Smith.