El estadounidense Dennis Hopper se zambulló sin recato en todos los excesos que se encontró, en los cinematográficos también. En su vida hubo droga, alcohol y cinco matrimonios; el segundo de los cuales duró sólo ocho días. Pero además de un anecdotario infinito, su biografía custodia actuaciones en más de 130 películas de toda índole y un título para la historia, "Easy Rider", que estrenó en 1969 y convirtió en un emblema de la contracultura de los sesenta. La galería parisina Thaddaeus Ropac inauguró ayer la muestra "Iconos de los sesenta", que reúne pinturas, esculturas, objetos y, sobre todo, fotografías firmadas por Hopper (Kansas, 1936), un "creador compulsivo" que llevó su vida al límite.