La actriz Natalia de Molina encarna el dolor y la dignidad en "Techo y comida", la ópera prima de Juan Miguel del Castillo, que narra la situación de una madre soltera y sin trabajo que hace frente a la amenaza de perder el piso de alquiler en el que vive.

De Molina, "Goya" a la mejor actriz revelación en 2014 por su interpretación en la película "Vivir es fácil con los ojos cerrados", se emocionó al leer el guión y sintió "ciertos miedos" porque se trataba de una "responsabilidad muy grande". La actriz se centró en no llevar a su personaje a un lado "más sensiblero", sino en retratar a "alguien que vive en soledad con mucha soledad y miedo, pero que es muy digna. Puede verse como un personaje agrio, porque es una persona dura que sufre y que tiene una coraza".