Una investigación realizada por un grupo de arqueólogos ha concluido que de la tumba en la que reposan los restos del dramaturgo británico William Shakespeare fue "robado probablemente" el cráneo del escritor. Ese hallazgo daría credibilidad a una noticia publicada por una revista en 1879, pero que posteriormente se desechó, que barajaba la posibilidad de que cazadores de trofeos se hubieran llevado el cráneo de Shakespeare en 1794. El grupo de expertos empleó un radar de penetración de tierra para poder investigar el contenido del interior de la sepultura, en la iglesia Holy Trinity Church, de Stratford. Ese sistema permitió a los arqueólogos ver más allá de la tumba sin alterarla. "Tenemos la sepultura de Shakespeare con una extraña alteración en la parte de la cabeza y tenemos una historia que sugiere que en algún momento de la historia alguien vino y se llevó el cráneo de Shakespeare", indicó el arqueólogo Kevin Colls, que realizó ese proyecto junto con la geofísica Erica Utsi.

Según él, resulta "muy, muy convincente" que el cráneo del dramaturgo "no esté en la Holy Trinity en absoluto". El lugar de sepultura de Shakespeare ha sido desde hace tiempo objeto de especulación entre historiadores y arqueólogos pues resulta demasiado corto para ser la tumba de un adulto. Además, en él no está escrito ningún nombre, solo un epitafio: "Buen amigo, por Jesús, abstente de cavar el polvo aquí encerrado. Bendito sea el hombre que respete estas piedras y maldito el que remueva mis huesos".