Podría parecer que los niños y las verduras no se llevan demasiado bien, que "lo verde" es cosa de adultos y que cualquier producto de la huerta debe camuflarse entre los macarrones con queso para engañar a los más pequeños. Sin embargo, Laboral Ciudad de la Cultura ha encontrado la solución a estos problemas con sus talleres de cocina; una solución tan sencilla como eficaz. El truco, dicen los especialistas, está en darle la vuelta: en lugar de esconder lo vegetal, hay que ponerlo bien a la vista y hacer que los niños participen en el proceso desde el principio.

"Muchas de las hortalizas que se utilizan para las recetas las recogen ellos mismos del huerto ecológico que tenemos en la terraza, así pueden conocer el producto y ver de donde vienen los alimentos", explica Élida Martínez, chef durante más de 10 años en "La Cocina" de la Laboral y ahora miembro del equipo del asturiano Sergio Rama. Es precisamente este equipo el encargado de impartir los talleres que se celebran por segundo verano consecutivo, cada jueves de 19.00 a 20.30 horas, bajo el nombre "De la huerta a la cocina", una actividad que "anima a los niños a cocinar sano e incrementar su gusto por las verduras", asegura Martínez.

La iniciativa, sin duda llamativa, cumple sus objetivos y atrae a decenas de escolares que llegan a la terraza para poner en práctica sus habilidades. Alba y Enol Pérez, de 10 y 7 años, son dos hermanos gijoneses que esperan con impaciencia el inicio del taller. Junto a ellos esperan Bioy Prado y Aldara Castaño, también de 10 y 7 años, que apenas pueden contener la emoción. "Nos gusta mucho cocinar", cuentan, "yo hago una paella que está muy rica", asegura Castaño, "y también una ensalada de lechuga, tomate y aceitunas. Y cebolla, pero muy poca", asevera. Sus madres, Carolina Riera y Lorena Fernández, explican que su pasión se debe "a masterchef junior, les encanta el programa", comentan risueñas.

Además de gijoneses también llegan a la Laboral familias de todas partes de Asturias, como César Fernández y Tina Gutiérrez, que desde Pola de Siero acompañan a su hijo César de 9 años y su amiga de 7, Carla Ocaña. "No es que los críos cocinen mucho, pero venimos aquí a que exploren, a que conozcan un poco la cocina y lo pasen bien", explican. "Que aprendan divirtiéndose es muy importante", asegura el padre.

Pero no solo los asturianos disfrutan de estas veraniegas iniciativas. Celia del Río tiene 9 años y llega desde Madrid para ponerse manos a la obra con las verduras de la Laboral. "De vez en cuando venimos a Gijón de vacaciones y hace unos días leímos esto por la web. Nos pareció muy buena idea así que decidimos venir", explica su madre, mientras espera junto a unas amigas en la terraza a que finalice el taller, siempre atentas a sus progresos culinarios.

Esta actividad está orientada a niños de entre 4 y 12 años y a veces se celebra al aire libre en grupos de hasta 15 personas, aunque "para evitar la lluvia en los días grises, y también el sol, que cuando sale pega demasiado en la parte sur, lo hacemos en el interior de la cocina", explica Verónica Ruiz, del equipo de gestión de espacios de la Laboral. Hay dos tipos de talleres que van alternándose cada jueves, "el normal, que dura una hora y media y tras el cual los niños se llevan la comida para casa", que es el que se celebró ayer, "y el +cena, tras el cual los padres degustan los platos creados por los niños", añade Ruiz.

El menú preparado ayer incluía rosas de hojaldre, calabacín y tomate; lasagna vegetal y empanadillas de plátano y chocolate, unos saludables manjares que abren el apetito de más tardes de cocina "verde" en la Laboral.