La obra "La cabina espía", del artista callejero británico Banksy, ha desaparecido durante la rehabilitación de la vivienda sobre la que estaba pintada. El mural del grafitero, cuya identidad ha permanecido desde siempre rodeada de misterio, apareció en abril de 2014 sobre la pared exterior de una casa de dos plantas del siglo XIX en Cheltenham, a 175 kilómetros de Londres. La pintura, realizada en torno a una cabina telefónica real, mostraba a tres espías con la estética y los medios de 1950, ataviados con gabardinas, gafas de sol y sombrero, dirigiendo sus micrófonos y grabadoras hacia el interior de la propia cabina. Esta obra ironizaba sobre los programas de los gobiernos para espiar a sus ciudadanos, ya que la escena estaba situada a sólo cinco kilómetros del GCHQ, el centro de escuchas británico.