Pedro Alonso del Campo, escribano de número en Llanera, Siero y Oviedo, residió en Lugo y allí mandó construir en el siglo XVII una residencia palaciega, con capilla y amplios jardines. Imaginar cómo vivía es posible visitando el lugar, paseando por sus jardines y acercándose hasta su pequeña capilla, rehabilitada y que, como la edificación principal, hoy sede de la Casa de Cultura, conserva los escudos de las familias nobles que fueron propietarias.