Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

«¿Un autorretrato? Entraré en harina directamente. Soy una persona de entusiasmos, que se entusiasma con unos proyectos. Siempre fue así: vivo con una cierta alegría porque, afortunadamente, he tenido la suerte de poder hacer cosas, de inventar cosas que me producían una gran satisfacción y que eran buenas. Siendo estudiante, inventé con mi pandilla el Descenso Folklórico del Nalón.

Porque en la cuenca del Nalón se sitúan mis orígenes. Nací en Laviana, el 21 de septiembre de 1952, día de San Mateo. Somos cuatro hermanos -tres hermanos y una hermana-; yo soy el segundo. Si tuviera que definirme, diría que soy una persona de ideas y de entusiasmo. Suelo tener muchas ideas; entusiasmo para ponerlas en marcha; y, sobre todo, capacidad de concitar muchas adhesiones a esas ideas, de generar un clima de trabajo conjunto, en el que cada uno de los que participan se siente gran protagonista.

lämi papel en

la junta

Un ejemplo: cuando fui presidente de la Junta, entre 1995 y 1999, en minoría, mi gran ilusión era potenciar esa institución, nueva y muy desconocida. Mi idea era Europa, liderar un proyecto a través de los parlamentos regionales europeos con capacidad legislativa, un proyecto que contribuyera a construir la Europa en la que estábamos creciendo. La idea tuvo gran éxito. Y el trabajo mío, del que estoy más contento, es que en esa idea confluyésemos todos: el PSOE, IU... O sea, que esa idea, al final, deja de ser tuya y pasa a ser de más gente, y adquiere una gran fuerza.

Pero voy por orden: estudié Derecho en Oviedo, luego hice un máster en derecho fiscal y financiero y ahora, recientemente, un curso de alta dirección de empresas del IESE de Madrid. Ejercí la abogacía hasta 1995. Antes, desde 1983, fui concejal de Oviedo con Luis Riera; luego, en 1987, con Gabino de Lorenzo; y desde 1991, diputado. Cuando me nombraron presidente de la Cámara, ya era muy difícil compatibilizarlo con el trabajo. Estoy casado con Ana y tengo dos hijos: Ovidio, de 23 años, y Alfonso, de 21.

lä¿de centro o de

derecha?

Me preguntan en ocasiones si soy democristiano o del PP. Yo sigo en la democracia cristiana. Lo que ocurre es que el PP abre los brazos, se ensancha. ¿Soy de centro o de derecha? En unas cosas se me considerará más de centro; en otras, más de derecha. Estoy cómodo en este espacio; no tuve que renunciar a nada para entrar en AP. En esta configuración ideológica hay una influencia familiar, con una cultura religiosa arraigada que ya te inclina en algún momento en definiciones de tu vida. Soy católico practicante. A gente que podía estar en posiciones socialistas les retrajo aquella persecución a la Iglesia.

läamigos, sidra

y lecturas

Tengo varias aficiones. Me gusta mucho el tiempo libre, el tiempo libre con amigos. Tengo grandes recuerdos de estar tomando sidra en Laviana, en La Felguera o aquí, en Oviedo, con amigos o con mi mujer y mis hijos, y dejar pasar el tiempo, a lo mejor hasta las cinco de la tarde, sin prisa. El tiempo es una de las cosas que vas perdiendo con la política. Eso sí, me quita muy poco tiempo de dedicación a mi familia. Tengo amigos de distintas tendencias, y eso me enriquece mucho. De mis amigos íntimos, de Laviana, puedo decir, sin dar nombres, que dos son socialistas y dos de IU.

Mis lecturas dependen mucho del tiempo libre. La lectura me abstrae y me concentra, pero necesito tiempo, sin prisas, no soy capaz de aprovechar los ratos pequeños. Necesito saber que el lunes no tengo muchas cosas y así estoy tranquilo el fin de semana, fundamentalmente el sábado, que es mi gran día. Me pasaba ya de estudiante: si el lunes tenía examen, me abrasaban el fin de semana. Igual que cuando vas de vacaciones: los tres últimos días son fatales.

lärecuerdos de «la crisis»

Vuelvo a mi trayectoria política. En un momento dado, me eligen presidente del Partido Popular de Asturias. Pero antes de entrar en ese episodio, tengo que hablar de «la crisis». El enfrentamiento Cascos-Marqués supuso un gran paso de madurez para el partido. Más allá de hurgar en personalismos, ahí se produce una inflexión en un partido que nunca había gobernado. Todo el mundo intuye qué ocurrió. Cuando acentuamos mucho lo concreto, perdemos la globalidad, que era gobernar Asturias. Acentuamos temas que a lo mejor no funcionaban especialmente bien, pero porque una parte no funcione no puedes eliminar el todo.

A partir de la crisis, el partido crece en una idea nueva, en una idea basada en la fortaleza interna más que en las personas. Y en ese proyecto recuperamos prácticamente a toda la gente que se había marchado a URAS. Soy un hombre que genera pocas tensiones, pero eso también es una característica de Isidro Fernández Rozada, que es quien, de alguna manera, me entrega el partido.

läMIS PODERES

Cabe preguntarse cuáles son mis influencias dentro del PP. Tengo acceso directo a Mariano Rajoy y a Acebes. ¿Que si tengo grabado en mi móvil el número de Rajoy? No, pero tampoco tengo el de Gabino, ni el de los alcaldes del PP. Pero Rajoy, siempre que le llamo, se me pone al teléfono. Es una costumbre de este partido. Me acuerdo de llamar a Cascos y hablar con él de inmediato; y a Rato, igual. Cuando llamaba a Aznar, siendo presidente del Gobierno, podía tardar en contestarme dos o tres horas, pero me contestaba. En este partido esto es una cosa que no te extraña, porque vives en ellaÉ Tú eres uno más.

läadiós a la resignación

A la clásica pregunta de qué ofrezco a Asturias, la respuesta es clara: una gran ilusión, la idea de que esto puede ser de otra manera, tiene que ser de otra manera. En primer lugar, creyendo en una nueva idea de Asturias; no en la resignación, que es a lo que nos estamos acostumbrando con Areces: a justificar permanentemente por qué vamos mal. Las nuevas generaciones no quieren saber quién es el culpable de todo esto; lo que quieren los jóvenes es una oportunidad para trabajar en Asturias.

Se trata de poner en valor la autoestima asturiana. ¿Con qué líneas maestras? Con las que puso el Partido Popular en marcha en 1996 y con las que ponen en marcha nuestros alcaldes, especialmente Gabino de Lorenzo en Oviedo. Asturias es igual: hay que poner en marcha medidas fiscales; un gran trabajo de inversión de infraestructuras, cogiendo polígonos industriales, acabando nuestras autovías. ¿Y qué más? Un esfuerzo para modernizar nuestra educación. Vamos a hacer bilingüismo desde los 3 años. Bilingüismo no es poner más horas de inglés, sino estudiar una parte de la Primaria en inglés, y de ahí hacia arriba. Eso es una herramienta de presente, pero especialmente de futuro. Y además es una gran herramienta de igualdad, porque ya no depende de que el padre tenga más o menos dinero para mandar al hijo o a la hija a estudiar inglés en el verano. Y lo pueden hacer todos los colegios de Asturias, públicos y concertados.

lämi gobierno ya está diseñado

Ya tengo el Gobierno definido: vamos a hacer 11 consejerías. Las personas elegidas ya lo saben. Sin vicepresidente, porque quiero estar en la proximidad de todos los temas del Gobierno. Voy a hacer una Consejería de Familia y a reajustar este disparate de separar vivienda de urbanismoÉ. Los once elegidos son del partido, aunque algunos no están hoy en responsabilidades del partido. No voy a trabajar fuera del partido, por una cuestión de confianza y de unidad con el proyecto.

El PP está hoy, sin duda, preparado para gobernar Asturias. ¿Estoy yo preparado para bajarme del sillón? Ganar o perderÉ Uno está en un gran proyecto. Si ganamos, estoy seguro de que no diré que gané yo, sino que ganaron unas ideas, un partido, un gran proyecto... Tienes que agradecer al partido que confíe en ti y seguir agradeciendo al partido cualquier decisión que se tome después.

¿Significa esto restar dramatismo? Es que no lo hay. Hay un dramatismo periodístico, que mira esto como si fuera una competición individual. Volvería al ejercicio de la profesión; no sería ningún trauma. La política la vivo como una aportación de ideas y de trabajo, pero que también tiene su tiempo. Tiene un tiempo en el que ya no eres tan creativo -supongo- y empiezas a perder espacio. Hay gente que lo alarga más, pero supongo que tendrás otros escalones. Será difícil que yo sea uno de ésos a los que hay que despegar del sillón con agua caliente.