Oviedo, J. A. A.

Las respuestas políticas a la crisis económica han puesto de relieve el discurso, netamente de izquierdas, del secretario general de la Federación Socialista Asturiana. Javier Fernández, que hasta ahora se había centrado en las tareas de índole orgánica, está dando en los últimos meses más de una pista sobre su discurso político, desconocido para la gran mayoría de la opinión pública asturiana.

Javier Fernández se ha manifestado especialmente crítico con la responsabilidad que, en su opinión, han tenido los grandes capitales y los mercados financieros en el origen de esta crisis. Pero, además, en las últimas semanas, ha marcado sus diferencias respecto a los mensajes dominantes incluso en el seno de su propio partido. De muestra bien valen dos ejemplos, bastante recientes. Tras la última entrevista personal entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, trascendió como principal asunto de entendimiento entre ambos dirigentes la posibilidad de que la participación privada pudiera tener derechos políticos a través de las cuotas participativas en las cajas de ahorros. Javier Fernández no dudó en advertir de que, de salir adelante esa medida sin establecer previamente ningún tipo de control o limitación, se estaba abriendo la puerta a que el capital privado pudiera llegar a tener la mayoría de control de las cajas y como consecuencia poner en riesgo «el carácter social» de esas entidades.

El secretario general de la Federación Socialista se distanció también de la consigna transmitida a los «barones» del partido de que evitaran pronunciarse sobre una posible subida de impuestos, tras el anuncio del ajuste. Desde un primer momento, Javier Fernández habló de la necesidad de que «los sacrificios que se les han pedido a dos colectivos concretos, pensionistas y funcionarios, se complementen con los de otros sectores que tienen bastante más responsabilidad en la situación que vivimos», en alusión al sector financiero.