Soto del Barco,

Félix VALLINA

Basta con mirar la fotografía colocada sobre estas líneas para hacerse una idea de los efectos devastadores que ha causado el temporal de lluvias en los concejos de la comarca de Avilés. La imagen habla por sí misma y muestra el estado de un tramo de carretera de más de treinta metros situado en la N-632 a su paso por el municipio de Soto del Barco, concretamente entre la gasolinera de La Lloba y el desvío hacia el aeropuerto.

El hundimiento no causó daños personales, pero ha dejado prácticamente encerrados a los vecinos de los pueblos de la zona, que ya llevaban más de año y medio padeciendo las consecuencias del cierre de otro tramo de la misma carretera -también por una grieta- en la zona del Alto del Praviano. Los habitantes de localidades como Santiago del Monte, Carcedo, La Ferrería o Ranón se encuentran ahora atrapados entre dos enormes grietas y tan sólo pueden acceder a sus casas desde la Autovía del Cantábrico o por la carretera que discurre entre Piedras Blancas y Santiago del Monte.

El desplome del tramo tuvo lugar durante la noche del sábado y acto seguido se procedió a cortar la carretera. A mediodía de ayer la zona estaba perfectamente señalizada para impedir el acceso de vehículos, pero varios trozos de carretera, algunos del tamaño de un camión, pendían prácticamente de un hilo apoyados en un quitamiedos suspendido en el aire. «En cuanto empiece otra vez a llover se va a venir abajo todo lo que falta por derrumbarse», señaló el presidente de la Asociación de Vecinos de Santiago del Monte, Mario Fernández.

El representante vecinal aseguró que el suceso va a causar un gran impacto en la zona, tanto para los vecinos como para los negocios que están asentados en el entorno de la carretera. «Estas cosas ocurren y no se pueden controlar, pero tenemos miedo de que nos pase como con lo del Alto del Praviano. Si eso lleva más de año y medio parado no me quiero ni imaginar lo que va a pasar con esto», explicó también Fernández, que añadió: «Hay varios restaurantes y negocios que se van a ver muy afectados porque ahora por aquí ya no va a pasar nadie. Ya se rumoreaba que la gasolinera iba a cerrar por falta de clientes, o sea, que ahora seguro que tienen que hacerlo». El propio alcalde de Soto del Barco, Jaime Menéndez Corrales, afirmó que «no es normal que una carretera nacional esté interrumpida tanto tiempo, hay muchos afectados».

Los vecinos aseguran que el derrumbe de la carretera va a traer consigo rodeos kilométricos y más trastornos para una zona que se queja de falta de atención por parte de las administraciones. «Desde que han hecho los accesos nuevos al aeropuerto nos tienen olvidados, porque ya no se necesita pasar por aquí; no hay ni alumbrado en algunas zonas», protestó Fernández.