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Varios proyectos de las Cuencas, por valor de 15 millones, están terminados pero sin uso

Oviedo, J. A. O.

Son monumentos al despilfarro y la peor cara de los fondos mineros. Varios equipamientos que se han construido en los últimos años con cargo a las partidas de reactivación de las comarcas carboneras permanecen cerradas a cal y canto y sin ningún uso. Los más llamativos son siete grandes proyectos en los que las Cuencas han «enterrado» 15 millones de euros. Están acabados, pero sin actividad y con pocas expectativas de futuro.

En Mieres, la residencia de estudiantes del campus universitario de Barredo permanece vacía, un año después de su inauguración por parte del anterior presidente del Principado, el socialista Vicente Álvarez Areces. Costó 4,1 millones. Tampoco ha dormido nadie hasta la fecha en el hotel construido en la falda del Angliru, para el que no se ha definido aún ni el modelo de gestión. El Ayuntamiento de Riosa dedicó a esta actuación buena parte de una partida de tres millones de euros del primer plan del carbón.

El polideportivo de Cabañaquinta es otro ejemplo de fondos mineros desaprovechados. El Consistorio de Aller gastó 720.000 euros de los fondos de reactivación en un equipamiento que sigue cerrado al público y que sólo es utilizado, en parte, por los alumnos del colegio público. El centro educativo es hoy el único acceso al pabellón.

El centro de recuperación de la fauna del parque natural de Redes, en Sobrescobio, con 4,5 millones de euros; el Museo de la Lechería y de los Euesos de Morcín, con dos millones, o el centro de interpretación lavianés de Coto Musel, en el que se gastaron 900.000 euros para la reactivación, son otros proyectos fallidos de los fondos mineros.

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