José Amador pasó ayer dos veces el Huerna. Una para ir a eso de las tres de la tarde y otra para volver a eso de las nueve de la noche. El miércoles, hizo lo mismo. Y el martes. Y el lunes. Y así durante 40 años, que son los que lleva como conductor de la empresa de autobuses Alsa cubriendo el trayecto entre Asturias y Madrid.
Así que este hombre de voz grave es todo un experto en temporales, aunque a él le sonroje reconocerlo, porque los pasó cuando iba por el Pajares y los pasa ahora, que va por una autopista, la del Huerna, que la conoce a la perfección. "Lo más duro es llegar al Negrón, el repecho ése que hay, que es la zona de más pendiente", dice. "Y también una bajada que hay antes del peaje de La Magdalena, que es muy mala. Son los tramos más peligrosos", sostiene.
Amador vive en Oviedo y ayer al mediodía, cuando conversaba con este periódico, estaba a punto de salir de Avilés, destino Madrid. Él, en realidad, conduciría hasta Rueda (Valladolid) y allí esperaría a otro servicio que vendría desde Madrid para conducir de nuevo hasta la región. "Este tipo de situaciones las afronto con tranquilidad, pero como una jornada más. Hay que tener precaución, pero también tranquilidad, porque tenemos los mejores coches, los más preparados", asegura.
Amador tiene contacto directo con el gerente de la empresa, que es quien le informa de la situación meteorológica en cada zona. Y luego están los usuarios, a muchos de los cuales conoce por ser habituales de la línea. "Sólo se mosquean cuando estamos parados, pero entienden las circunstancias. Y se ponen nerviosos los que tienen que llegar para coger enlaces", asegura. "Alguno te vuelve loco a preguntas, pero en general son comprensivos", asegura Amador. Ayer, otro día más, llegó bien, con sólo un mínimo retraso.
