Pablo Martínez cultiva calabazas gigantes en su finca de El Martiniegu, en Ñarciandi. Inicialmente se destinaban a hacer morcillas, pero ahora cada día se las demandan más para hacer terroríficas decoraciones en Halloween.
Contenido exclusivo para suscriptores digitales
Pablo Martínez cultiva calabazas gigantes en su finca de El Martiniegu, en Ñarciandi. Inicialmente se destinaban a hacer morcillas, pero ahora cada día se las demandan más para hacer terroríficas decoraciones en Halloween.