El miedo habita en La Fresneda

Si hay una capital del terror en Asturias, si hay una localidad en la que realmente ha prendido la fiesta de Halloween, esa es sin duda La Fresneda, en Siero. Un núcleo residencial, con proliferación de viviendas de baja densidad, en la que la celebración se ha asentado de tal manera que dura ya todo el fin de semana, y atrae además a cientos de visitantes de todo el centro de la región.

"Esto es una locura, Halloween mueve mucho aquí", explica el hostelero Ernesto Moncayo. Él, como el resto del gremio, ha decorado su bar para que los vecinos y visitantes disfruten de sus consumiciones en un ambiente adecuado a la fiesta y a su atuendo. Porque en Halloween, en La Fresneda, se disfraza hasta el apuntador.

Los vecinos, de hecho, no se limitan a disfrazarse. Muchos de los residentes decoran sus casas y hacen acopio de dulces para recibir a los centenares de niños que pasan por su puerta para hacer el "truco o trato". "Hago galletas de almendra con forma de dedos cortados, cerebros y murciélagos de chocolate, y gominolas. Pero da igual cuanto haga, siempre lo acabo todo. Vienen muchísimos críos", afirma Sandra Álvarez, quien además participa en el concurso "Casas encantadas", en el que se premia a la vivienda mejor decorada.

Este año participaron en ese concurso un total de ocho viviendas, aunque había unas cuantas más decoradas para la fiesta. Además, la asociación de vecinos, que organiza la fiesta, impulsó un concurso de disfraces en el que participaron decenas de personas, y varias actividades más.