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AMADOR MENÉNDEZ | Investigador del Instituto Tecnológico de Materiales (ITMA) y ponente inaugural de la I Semana de la Ciencia

"Vivimos tiempos exponenciales, la Ciencia avanza a velocidad de vértigo"

"En España tendríamos que ser menos conservadores y apostar por proyectos de alto riesgo, que cambien el mundo"

"Vivimos tiempos exponenciales, la Ciencia avanza a velocidad de vértigo"M. L.

Amador Menéndez Velázquez (Oviedo, 1969) abrirá esta tarde, a las siete, en el remodelado Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, la I Semana de la Ciencia, organizada con motivo de la reinauguración del foro cultural del periódico. En el acto, Amador Menéndez será presentado por Norberto Corral, decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Oviedo.

-La Ciencia está presente en todos los ámbitos de la vida, ¿Cuál es el mejor modo de divulgarla?

-El gran objetivo que debe perseguir la divulgación científica es conjugar el aspecto didáctico con el rigor. Y si además consigues inyectar pasión y emocionar al receptor, el éxito es seguro. El entusiasmo es un virus de lo más contagioso. Dicho esto, creo que no hay una fórmula única de acercar la Ciencia al gran público. Y, por supuesto, no sólo se puede innovar en Ciencia, también en la forma de divulgarla. Sin ir más lejos, LA NUEVA ESPAÑA publica cada domingo la serie "La Ciencia en un tuit", una nueva forma de acercar y condensar el saber científico en textos muy cortos. "Tuitear" la Ciencia puede ser muy útil en esta era, donde quizá más que nunca el tiempo es un bien muy preciado.

-En todas las épocas ha habido grandes descubrimientos, ¿estamos ante la gran revolución definitiva?

-Vivimos tiempos exponenciales. Ciencia y tecnología avanzan a velocidad de vértigo. Hay muchas fronteras inexploradas y creo que la Ciencia y la tecnología nos depararán aún grandes sorpresas. Habrá dos tipos de avances científico-tecnológicos. Por una parte, los que corresponden a mejoras de tecnologías ya existentes. Veremos grandes logros en los campos de la salud humana, energías e inteligencia artificial.

-¿Y qué más?

-Luego aparecerán los verdaderamente innovadores: detectar agua en un oasis y poner esa primera piedra que podría derivar en una tecnología que cambie el mundo. Los nuevos Larry Page y Sergei Brin no buscarán mejorar el algoritmo de Google, tratarán de lograr una aproximación radicalmente diferente para organizar la información.

-¿Es posible ser investigador en España?

-Estamos sumidos en una crisis económica que afecta a todo. Sí es posible ser investigador en España, pero debemos mejorar el modelo. Para ser exitosos tendríamos que imitar sistemas de innovación como el americano, en el que se da importancia al trinomio Ciencia-Tecnología-Empresa.

-¿Falta hacer partícipe a la sociedad?

-La clave es ser capaces de trasladar el conocimiento científico a aplicaciones prácticas en beneficio de la sociedad. Es una asignatura pendiente no sólo en España, sino en Europa en general, exceptuando a Alemania. En definitiva, ser menos conservadores y apostar por proyectos de alto riesgo, que si triunfan cambiarían el mundo y nos retornarían beneficios económicos.

-Ha estado en el MIT de Massachusetts, colabora con prestigiosas entidades, ¿qué puede aportar la ciencia asturiana al mundo?

-En Asturias hay talento y excelentes grupos de investigación en universidades, centros tecnológicos, CSIC y empresas. Todos pueden sumar y tienen mucho que aportar. Una de las claves del éxito está en abrirse al mundo y colaborar, en vez de competir, entre nosotros y con grupos de otros países. Internet ha supuesto el final de la geografía y nos brinda nuevas oportunidades. Con unos mecanismos mínimos, hoy puede hacerse ciencia desde cualquier rincón del planeta.

-¿Cómo se fomenta la vocación investigadora en los jóvenes?

-Imparto muchas charlas en universidades e institutos. Mi estrategia para engancharles es hacerles ver que detrás del último modelo de tableta electrónica hay una ciencia y una tecnología que lo hace posible. Partiendo de una tableta, por ejemplo, les puedo explicar cómo funciona la batería de Li-ion que lleva y la pantalla de cristal líquido que les permite visualizar imágenes y vídeos. Somos exploradores por naturaleza. La curiosidad es innata al ser humano. Lo único que hay que hacer es buscar estrategias para despertar esa curiosidad.

-LA NUEVA ESPAÑA reinaugura hoy su Club Prensa Asturiana con una semana dedicada a la Ciencia, que usted abre esta tarde ¿Qué le parece la iniciativa?

-Me parece una idea fantástica. Los científicos y tecnólogos debemos sentirnos muy honrados y agradecidos de que LA NUEVA ESPAÑA conceda ese gran privilegio a las disciplinas científicas. Es una muestra más de la importancia que este diario le da a la Ciencia. Imagine un mundo sin aviones, sin móviles o sin internet. Lo cierto es que también habría vida, pero de una forma muy diferente a como la conocemos hoy.

-Lo cierto es que ya cuesta un poco imaginarlo...

-Vivimos en una sociedad científico-tecnológica. Por eso es de agradecer que haya instituciones que se preocupen de trasladar al gran público los entresijos y los grandes desafíos de la Ciencia contemporánea. El simple hecho de organizar una semana de divulgación científica es ya algo muy remarcable y meritorio. No son muy frecuentes este tipo de iniciativas, y mucho menos promovidas por un medio de comunicación.

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