La Policía Nacional concluyó ayer la búsqueda de los cadáveres de la maliayesa Mari Trini Suardíaz y su hija Beatriz, ambas desaparecidas en 1987, en la casa de la localidad riosellana de Berbes en la que ambas residieron junto a Antonio María da Silva, "el portugués", marido de Mari Trini y padre de la niña, el principal sospechoso de su misteriosa desaparición y quien se cree que actualmente reside en Portugal.

La operación corrió a cargo de agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de Gijón, quienes, a pesar de no hallar los restos, sí que encontraron una gran cantidad de enseres personales de las desaparecidas y varios documentos que ahora tendrán que investigar. Entre los objetos que sacaron de la casa se encontraban varias maletas, prendas de ropa, pañales, dinero y una cuna.

Las esperanzas de los agentes estaban puestas, principalmente, en unas fosas sépticas en el interior de la vivienda que habrían sido construidas por Da Silva y en las que picaron esperando encontrar algún indicio que indicara la presencia de restos humanos.

Sin embargo, sus esfuerzos no dieron los frutos deseados y la ausencia de madre e hija sigue siendo tan misteriosa hoy como lo es desde hace ya 30 años. Algunos vecinos de la zona, como Carlos Piélagos, testigo del registro de la vivienda, apuntaban a que Da Silva contaba con dos coches de los que se habría deshecho arrojándolos a una balsa. "Al final de la playa de Vega hay una antigua bocamina de la que antes se extraían minerales y que ahora es como un lago", contaba Piélagos. El lugar al que se refieren los vecinos es la balsa de El Frondil, a tan sólo unos metros de la localidad de Berbes. Eso sí, la Policía Nacional de momento no ha llevado a cabo ninguna investigación en dicha zona.

Ésta no es la primera vez que se busca a las dos mujeres, que tenían 23 años y 13 meses cuando se les perdió el rastro, ya que en 2016 se realizó un registro en un solar en la localidad leonesa de Matadeón de los Oteros en el que se ubicaba otra vivienda que ambas compartieron con da Silva y que se demolió en 1996. En aquella ocasión, como ocurrió ayer en Berbes, los agentes tampoco encontraron nada y el Juzgado número 4 de Gijón decidió archivar la causa casi un año más tarde. Ahora, la instructora, Ana López Pandiella, ha decidido reabrir la causa ante las nuevas evidencias con las que cuentan los agentes, que nunca han dejado de investigar qué fue de Mari Trini y su hija Beatriz.