Familiares y amigos despidieron ayer a Tania Fernández Rodríguez, de 21 años, fallecida el pasado domingo en el accidente de tráfico registrado en el Corredor del Narcea (AS-15), a la altura de San Pedro de Corias. En una emotiva celebración de la palabra, se ensalzaron las múltiples virtudes de la joven gijonesa.

Una de sus amigas escribió un pequeño discurso en el que recordó las anécdotas que vivieron juntas, la forma de reír de Tania y "lo buena persona que era". También subrayó la alegría que irradiaba y los secretos que compartieron juntas durante años. Después, de forma improvisada, otro de los amigos de Tania Fernández tomó la palabra para valorar el nivel de amistad que habían alcanzado en tan poco tiempo "gracias al corazón tan grande que tenía Tania". Lo hizo entre sollozos, se emocionaba por momentos y le costó terminar de hablar por las lágrimas que contagiaron de emoción a todos los presentes. De hecho, todos aplaudieron emocionados sus palabras en recuerdo de la joven.

La celebración de la palabra, un acto breve antes de los emotivos discursos, estuvo oficiada por el párroco de la iglesia de Jove, José Manuel Álvarez, y se desarrolló en el tanatorio Jardín de Noega. Allí, los restos mortales de Tania Fernández fueron incinerados.

La joven se había desplazado al occidente asturiano para trabajar durante las fiestas del Carmen en Cangas del Narcea y conseguir unos ingresos extras. Tenía una hermana de 10 años y un hermano de 7.