Un cambio en la catalogación de las aguas de la costa asturiana, decidido por el Ministerio de Medio Ambiente en el año 2000 derivó en que la depuradora de La Reguerona, en el oeste de Gijón, haya incumplido la normativa ambiental desde su inauguración, en 2005, lo que ahora ha tenido en cuenta la UE en la nueva multa con la que amenaza a España.

La depuradora de La Reguerona, obra de interés general del Estado, se diseñó en 1999 con una capacidad de depuración adecuada para unas aguas costeras catalogadas entonces como "zona menos sensible". Por eso su diseño actual permite eliminar el 75% de los sólidos y el 65% de la materia orgánica de las aguas residuales.

Un año después de que se aprobara el diseño de la instalación, construida por el Ministerio de Medio Ambiente, el propio Ministerio decidía modificar la catalogación de "zona menos sensible" a "zona normal", lo que en la práctica implica una exigencia de mayores niveles de depuración.

A pesar de ello, el Ministerio no actualizó el proyecto de la depuradora de La Reguerona para que pudiera cumplir las condiciones de vertido a zona normal de una aglomeración urbana de más de 150.000 habitantes, dotándola de un tratamiento secundario adecuado.

Casi 18 años después de aquel cambio normativo, el asunto está por fin en vías de solución, pero aún tardará. Las obras para adecuar a la normativa europea la depuradora del oeste de Gijón, ubicada en La Reguerona están a punto de licitarse si se cumplen las previsiones del Ministerio, que el pasado mes de abril publicó el anuncio previo a la licitación en el Diario Oficial de la Unión Europea.

Una vez que se liciten y adjudiquen, el plazo de ejecución de los trabajos será de 21 meses, con lo que antes de 2020, en el mejor de los casos, no estará solucionado el problema de depuración en el oeste de Gijón.

La obra se licitará en 18,95 millones de euros, más otros 2,25 millones para la asistencia técnica. La obra incluirá la remodelación de los reactores biológicos y los decantadores secundarios, la implantación de un tratamiento biológico y la ampliación de la linea de fangos para tratar en esta último los generados por la depuradora del este de Gijón. La falta de depuración de las aguas del este, por el bloqueo de la puesta en servicio de la depuradora de El Pisón, ya ha supuesto una primera multa para España por la mala depuración de sus aguas residuales.