Se acerca el Día de Asturias y, como ya es tradición, el Principado ha querido resaltar por estas fechas las conductas ejemplares de sus ciudadanos. Y, en esta ocasión, con la versión más coral de las medallas de Asturias y con la sanidad como gran protagonista. La ceremonia de entrega de la máxima distinción honorífica de la comunidad autónoma cumplió hoy su trigésima tercera edición. El Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo fue el escenario elegido. El acto se ha iniciado con la actuación de Marisa Valle Roso, con Emilio Ribera a la guitarra y el Coro Minero de Turón. Como siempre, el "Santa Bárbara bendita" ha emocionado al público. Y también cantó "El pequeñín de seda".

Tras la actuación musical, se han proyectado los vídeos presentando a todos los galardonados con la medalla de plata: Hospital de Cabueñes, Diego Canga, Federación de Cofradías de Pescadores, Jesús Otero, sociedad de pescadores "Las Mestas" del Narcea. Y, tras las proyecciones, por ese orden, han ido recibiendo sus distinciones. En el caso de Jesús Otero, al ser a título póstumo, fueron su viuda y sus hijos los encargados en recibir la medalla, visiblemente emocionados.

Y les llegó el turno a las Medallas de Oro, con las proyecciones para presentar a los dos colectivos galardonados: los descubridores de la cueva de Tito Bustillo y los doce centros asturianos que ya han rebasado los cien años.

El presidente del Centro Asturiano de Buenos Aires, Juan Manuel Posada, habló en nombre de todos los galardonados. "Es muy difícil demostrar todo lo que uno siente, como verdadero emigrante, que uno tiene que dejar su patria, todos los días sueña con su Asturias querida. Pero nuestros antepasados hicieron grandes embajadas con nuestros centros asturianos", comenzó diciendo. Y contó su propia experiencia como emigrante, conteniendo apenas sus lágrimas. "Fui a la Argentina, y jamás me sentí discriminado, como todos los asturianos que vivimos allí", recalcó, y añadió: "El emigrante sufre toda la vida, pero si va a un lugar donde le tratan bien, se hace más pasajero".

Posada lanzó un mensaje a los jóvenes: "Si hacen las maletas, que sea para ir de vacaciones. Tenemos una tierra privilegiada que no la sabemos valorar salvo cuando estamos fuera". Y concluyó su intervención con una reivindicación: "Nunca más el voto rogado: queremos tener los mismos derechos que toda la gente que habita Asturias".

Javier Fernández, presidente del Principado que encabezó el acto, inició su intervención pidiendo un recuerdo para las víctimas del accidente de autobús de Avilés, por las que se ha guardado un emotivo minuto de silencio.

Los tres centenarios que se celebran el sábado en Covadonga han estado presentes en su discurso. "Pasarán estos días y continuarán las disquisiciones sobre Covadonga. Las relecturas de las crónicas alfonsinas, las dudas sobre la fecha exacta y la categoría de la batalla contra las tropas de Alkama, la incertidumbre sobre la condición nobiliaria de Pelayo, todo eso seguirá dándoles tarea a historiadores y arqueólogos. Son asuntos de relevancia, aunqueno los más importantes. Sugiero que pongamos los ojos en toda nuestra trayectoria, esa andadura que alcanza el hoy, la Asturias que vivimos. Es tentador dejarse arrastrar por la épica con su fragor de armas, gestas y héroes, pero no deberíamos reducir esta conmemoración a un capítulo de historia ni a una mirada rendida al pasado", señaló Fernández, que analizó el presente para ensalzar el papel de Asturias. "Debemos estar orgullosos de ser una comunidad autónoma que no se ensimisma, sino que se siente parte activa de un Estado democrático donde el lugar de nacimiento no otorga derechos especiales", añadió.

Fernández reivindicó la Asturias "tan abierta como segura de su identidad que siempre ha estado a la vanguardia en la modernización de España y Europa". Y pidió "fijarse en los mejores" antes de glosar los méritos de todos los galardonados. Terminó su intervención elogiando la figura de la Monarquía y dando la bienvenida a los Reyes y la princesa Leonor, que estarán presentes en Covadonga este sábado.

De nuevo Marisa Valle Roso, con Emilio Ribera a la guitarra y el Coro Minero de Turón actuaron para poner el broche de oro al acto con el himno de Asturias.

Unos galardones más corales que nunca

Es la primera vez en la historia en la que, habiendo dos adjudicatarios de la medalla de oro, ambos son colectivos. De un lado, los diez descubridores de la cueva de Tito Bustillo, dos de ellos ya fallecidos, tendrán el homenaje por la feliz coincidencia que destaparon hace cincuenta años uno de los tesoros del arte paleolítico europeo; a su lado, representantes de los doce centros asturianos que han rebasado la barrera de los cien años recibirán la más elevada condecoración del Principado en recompensa por la perseverancia y el tesón de la Asturias emigrante.

Compartirán honores con una nómina adicional de asturianos descollantes que reciben la medalla de plata y entre los que sólo dos lo harán de forma individual: el jefe de gabinete del presidente del Parlamento Europeo, el ovetense Diego Canga, fundador de la asociación "Compromiso Asturias XXI", y a título póstumo el doctor Jesús Otero, en reconocimiento a su trayectoria de 31 años como coordinador de trasplantes del Principado. A su lado, doblando el homenaje a la sanidad pública, la medalla de plata en su cincuenta aniversario el Hospital de Cabueñes y premios para las dos versiones de la pesca, la marítima en la Federación de Cofradías de Pescadores de Asturias y la fluvial encarnada en la Sociedad de Pescadores Las Mestas del Narcea.

Sus nombres ya son parte de un palmarés que abrió en 1986 el actual Rey cuando era Príncipe. Desde entonces, los sucesivos gobiernos únicamente decidieron en siete ocasiones, contando ésta, que había motivos para duplicar la medalla de oro.

La ceremonia, presidida por el presidente del Principado, Javier Fernández, prólogo del Día de Asturias de los tres centenarios de Covadonga, implica además un singular acto de reconocimiento colectivo a la sanidad pública asturiana. En el auditorio están cerca de 350 personas que mantienen vínculos con el ámbito sanitario. Junto a medio centenar de trabajadores de Cabueñes han asistido otros trescientos que con motivo de la medalla póstuma a Jesús Otero representarán a la asociación de pacientes trasplantados, a los colectivos profesionales del trasplante cardiaco, renal, hepático y de tejidos y al laboratorio de terapia celular que dirigía Chus Otero, entre otros.