En un momento de pánico generalizado, cuando los pasajeros de un autobús se encontraban paralizados por el miedo o preocupados únicamente en ponerse lo más a salvo posible, ella sacó el arrojo y la destreza necesarios para tomar el control de la situación y evitar, así, una tragedia. En el ambiente planeaba el fatídico accidente de otro autobús Alsa en Avilés de hace unas semanas, en el que fallecieron cinco personas tras empotrarse el autocar contra una pilastra. Y curiosamente ella, la mexicana Aura Anahí Chávez, logró frenar el autobús "a escasos metros" de un pilar de una autovía. Pero las casualidades -o quizás no tan casualidades- de esta historia, en la que esta pasajera del autobús que hacía la ruta entre Llanes y Oviedo se vistió de heroína, no terminan ahí: a ella le encantaría ser chófer de autobús.

¿De dónde sacó el valor en esos momentos Aura Anahí Chávez? "Seguramente influyó mucho que allí dentro, en el bus, iba mi familia, mi hijo", cuenta. Ella viajaba con su mujer, la asturiana Cristina García, y el hijo de ambas, Julio Izan García Chávez, de nueve meses. Detrás de ellos, iba la madre de Cristina. Aura Anahí no oculta que sintió miedo, pero también deja claro que "en mi cabeza sólo tenía una cosa: 'voy a frenar este autobús'". Dicho y hecho.

Cuando algunas señoras que iban en las primeras filas se intentaban poner a salvo varios asientos más atrás, la mexicana adelantaba posiciones para llegar hasta el chófer. El autobús ya había dado varios bandazos, chocando tres veces contra el guardarraíl de la mediana de la autovía entre Villaviciosa y Oviedo, a la altura de El Berrón. "Vi que nadie hacía nada y me dije que lo tenía que hacer. Aventé al niño a Cris (su mujer) y fui hacia allá", narra Aura Anahí.

Cuando se levantó para llegar hasta el volante del gran vehículo, su mujer, Cristina, no paraba de gritar. "Le pedía que no lo hiciese, que no fuese", reconoce la asturiana. No pasaron "más de 20 o 30 segundos" desde que notaron el primer bandazo del autocar hasta que la mexicana logró estacionarlo a un lado de la autovía. Pero se les hicieron eternos.

Cuando la heroína del Alsa tomó el volante del autobús

Cuando Aura Anahí alcanzó el asiento del chófer, le golpeó con fuerza dos veces. Sin éxito. "Estaba ido, no respondía. Tenía agarrado el volante pero la cabeza hacia abajo, parecía que quería levantarla pero no podía", cuenta. En ese momento, se hizo hueco como pudo para sentarse encima de él y alcanzar los pedales.

"Miré hacia la derecha para comprobar que no pasase ningún coche y aparqué el autobús", explica. Y lo hizo a unos pocos metros del pilar de la autovía minera, dado que a la altura de El Berrón es donde se juntan ambas vías rápidas: la de Villaviciosa a Oviedo y la de Gijón a Mieres. "En la cabeza de todos estaba lo de Avilés. Una de las señoras que iba delante, y que estaban muy nerviosas, señaló al pilar y dijo: 'mira lo que había ahí, como en Aviés'", recuerda Cristina García. Un gerente de Alsa se puso en contacto con Aura Anahí Chávez a lo largo del día de hoy. "Me dio las gracias y me dijo que ahí los teníamos para lo que quisiésemos", cuentan.

Le encantaría trabajar como chófer

A la mexicana le valió para mucho una experiencia que tuvo en su México natal cuando iba a la Universidad. En una excursión le pidió a un chófer que le dejase conducir el autobús, y así probó y le enseñó algunas cosas básicas. "Además sí manejé vehículos industriales en un trabajo que tuve", cuenta. Pero en la actualidad se dedica a la hostelería en Mallorca, lugar donde vive con su mujer y su hijo. "Me encantaría ser chófer de autobús", confiesa tras ser preguntada.

Casualidades de la vida, a la heroína del Alsa le gustaría dedicarse a conducir un autocar. Pero no es la única casualidad. Aura Anahí carece de permiso de conducir válido en España: aquí ya no le vale el de México. En los próximos días, de hecho, tiene el examen para obtener la licencia de coche.

La historia de amor que la vincula a Asturias

Aura Anahí Chávez conoció a la asturiana Cristina García en Cancún, cuando ésta última, que lleva quince años afincada en Mallorca, se trasladó al país azteca temporalmente por motivos laborales. Allí decidieron tener un hijo a través de un tratamiento. La mexicana vivió en su país natal momentos de tensión frutos del nivel elevado de delincuencia que hay, pero nunca le pasó nada igual a la historia vivida en Asturias y que le ha convertido en la heroína del Alsa.

Cuando la asturiana estaba ya embarazada, regresaron a España para que diese a luz aquí a su hijo, Julio Izan. Ahora viven en Mallorca, pero sueñan con vivir en Asturias, donde están estos días de visita coincidiendo con las fiestas de San Mateo. Ayer habían ido a Villaviciosa para pasar el día en una casa de la familia de Cristina García. Normalmente, suelen alquilar un turismo en el Principado. Pero esta vez no fue así y la vuelta de ese viaje en Alsa no la olvidarán nunca.