El portavoz de IU en la Junta, Gaspar Llamazares, consagró parte de su intervención en el debate sobre el estado de la región a diferenciar su balance de la legislatura del que ayer y hoy hizo desde la tribuna el presidente del Principado. El diputado quiso combatir cierto exceso de complacencia que aprecia en Javier Fernández y poner acentos en los errores o, directamente, en los fracasos. Emplazó Llamazares a Fernández a reconocer, por ejemplo, el "fracaso" de sus políticas de investigación e innovación. Han fracasado, reiteró, y "no sólo por insuficiencia de recursos, sino por mala gestión", de suerte que "una economía industrial que debía virar hacia la innovación no podía". Después de precisar que su balance no es pesimista, sino realista, que ve al Presidente "escapista" del diagnóstico del pasado para refugiarse en un futuro "muy acotado", o que reconoce avances circunscritos a "la intervención de las instituciones en las situaciones sociales de emergencia", el portavoz parlamentario de la coalición volvió a clamar por el esfuerzo del Gobierno en la búsqueda de acuerdos que salven lo que queda de legislatura y, al llegar a la industria, advirtió contra el riesgo de una tercera reconversión industrial bajo el reproche al Presidente de cierta tibieza en la exigencia al Gobierno, fundamentado incluso en su reticencia al nombrar al presidente del Gobierno de España o a la ministra para la Transición Ecológica a la hora de depurar responsabilidades por las últimas agresiones a la industria regional.

Lo que Llamazares llama el "cambio posible" en los siete meses que restan al mandato de Javier Fernández se sustancia en la exigencia de que el Presidente "tome en sus manos la necesidad de incorporar a las fuerzas politicas y a las organizaciones sociales a los frentes comunes en defensa de Asturias y en particular de la industria asturiana. No tiene nada que perder", le emplazó. También le instó a definir de común acuerdo con el resto de los grupos parlamentarios las prioridades legislativas del final de la legislatura y puso a IU a su disposición para una última fase del mandato en la que se comprometan "acuerdos que favorezcan sobre todo a los trabajadores y particularmente a los de Alcoa".

El presidente concentró sus réplicas en un análisis de fortalezas y debilidades en el transcurso del que animó a ver a la región, por su dotación de infraestructuras, mejor preparada que en los ochenta o los noventa para hacer frente a esa tercera reconversión industrial y reincidió en sus versiones respecto a las amenazas que penden sobre la industria y en su idea sobre la otra gran advertencia que debe afrontar la economía asturiana, la reforma del sistema de financiación autonómica. Recogió de nuevo el guante sobre la negociación presupuestaria mirando de reojo a Podemos y asegurando, otra vez, de palabra, que no escatimará esfuerzos para tratar de lograr un acuerdo. Al hablart de ls retos energéticos e industriales, se dijo también "convencido de que Pedro Sánchez va a actuar con convencimiento y decisión".

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