En un "Día de la cultura", la fiesta de referencia que la izquierda asturiana celebraba en los últimos años de la dictadura y los de la Transición, Vicente Álvarez Areces escuchó al portugués José Afonso cantar "Grândola, vila morena", su himno para la Revolución de los Claveles de 1974 en Portugal, la canción que ayer sonaba por la megafonía mientras la familia del expresidente del Principado avanzaba ovacionada por el pasillo del patio de butacas del teatro, justo antes del acto cívico de despedida al político.

"Grândola" sonó porque era "su canción", la que resumía el compromiso democrático y las revoluciones tranquilas que la progresía asturiana deseaba aquel día de 1973 en el que José Afonso actuó en la carbayera de Los Maizales. Era también, recordó Marcelino Martínez, "Santi", la que él y otros invitados quisieron entonar en un programa de la TPA sobre la nostalgia musical que conducía Chus Pedro, el cantante de "Nuberu". No afinaron, pero Areces tiró de "coña marinera" para asegurar que "el que desafinó fue Chus Pedro, que era el profesional".

Además de dos himnos previsibles -"Gijón del alma" y "Asturias, patria querida"-, el grupo de metales y percusión de la OSPA aportó a la banda sonora del homenaje la "Fanfarria" del francés Henri Tomasi. La eligieron los músicos por el compromiso social que adornaba al autor. "Me avergüenza comer", dejó dicho, "cuando veo y leo todo lo que sucede en este mundo malo".