O bien estaba muy seguro de sus posibilidades de salir de la situación sin ser detenido o bien actuaba con una frialdad increíble. O ambas cosas. Pedro Luis N. A., marido de la prima de la mujer de Javier Ardines y presunto inductor de su asesinato movido por los celos, no dudaba en comentar con sus conocidos la situación de la investigación.
Muestra de ello es una anécdota ocurrida apenas dos meses después del crimen del concejal y en una reunión de amigos en el concejo llanisco. A la misma asistió Pedro Luis N. A. junto a su mujer y en ella salió el tema de la muerte de Javier Ardines, más reciente por aquel entonces y sin respuestas conocidas a las interrogantes planteadas, dado que la Guardia Civil de la Comandancia de Gijón llevaba la investigación con todas las cautelas posibles y sin precipitaciones.
En una conversación con el ahora acusado de planear la muerte de su primo político como venganza ante una supuesta relación entre éste y su mujer, alguien deslizó la posibilidad de que la Guardia Civil ya supiese la identidad del asesino y que estaba esperando para detenerlo.
Pedro Luis N. A., con toda normalidad, no rehuyó del tema y contestó, replicando hasta en tres ocasiones lo que había dicho su interlocutor. "A este ya no le pillan, ya pasó demasiado tiempo", expuso repetidamente. Una muestra de la habilidad con la que Pedro Luis N. A., ahora preso pero que mantuvo su inocencia ante la jueza, convivía con la sospecha.
