Un centenar de comensales dieron ayer en las bodegas históricas de El Gaitero buena cuenta de la nueva imagen de sus vinos Real Agrado. La que es la empresa sidrera más popular de la región continúa con su diversificación empresarial y no solo maya manzana, también vendimia para elaborar los mejores caldos.

El encuentro enológico y gastronómico de ayer tenía la pretensión de maridar un menú elaborado por Ignacio Echapresto de la Venta de Molcalvillo, Daroca, y Nacho Manzano, de Casa Marcial, La Salgar (Arriondas). Fue una comunión entre Asturias y La Rioja, dos regiones íntimamente ligadas al gran producto gastronómico. Echapresto ensalzó el simbolismo de la fusión de unas patatas a la riojana, no con chorizo, sino con oricio con sabor a mar.

La bodega de Alfaro, en la Rioja baja, con 100 hectáreas de viñedo, cambia de imagen y pasa a llamarse Real Agrado. Por lo que lanza al mercado como gran novedad Canterabuey, una garnacha poderosa de influencia mediterránea más que atlántica, y un blanco viura reserva, Las Planas, untuoso y elegante. Además, incluye tres referencias jóvenes y dos crianzas con el nombre de Real Agrado y otros dos grandes vinos de pago, La Lobera, un tinto coupage, y Rodiles, un graciano.

Detrás está una familia, los Cardín, que son aristocracia sidrera y se involucra por completo en el sector del vino riojano, bajo el lema "raíces, terruño y pasión". Como dijo Antonio Salinas, director comercial de la bodega, lo hacen "en busca de la calidad y la excelencia". Quienes lo degustaron y disfrutaron pudieron comprobarlo en un marco incomparable como son las bodegas históricas de El Gaitero, a la orilla de la ría maliayesa. Todo un lujo y agrado para los sentidos. Estas variedades estarán disponibles en los mejores restaurantes y en tiendas de vino, con la intención de hacer las delicias de los paladares más selectos.