La previsión era que la borrasca "Fabián" dejase vientos de hasta 140 kilómetros por hora, pero se quedó un poco corto. La máxima se registró en San Antolín de Ibias a eso de la una y media de la tarde, una ráfaga de 128 kilómetros por hora, muy por debajo de los 170 que se registraron en Galicia. No obstante, fue suficiente para que se produjesen numerosos desperfectos, especialmente en el Suroccidente, la Cordillera y la costa. También en ciudades como Oviedo, donde la luna de un escaparate se desprendió por el viento, cayendo sobre una joven que sufrió diversos cortes. Cayeron numerosos árboles. Uno en el entorno del HUCA de Oviedo. En Tineo, otro árbol llegó a golpear a un vehículo en el corredor del Narcea (AS-15), aunque sin consecuencias para sus dos ocupantes, salvo un ataque de nervios por parte de una de las ocupantes. En las grandes ciudades fue necesario cerrar los parques, para evitar que alguna persona resultase herida. Pero, como no hay mal que por bien no venga, el fuerte oleaje permitió una buena jornada de surf a los aficionados en playas como la gijonesa de San Lorenzo.

El percance más grave se produjo en Oviedo. Una mujer de 28 años resultó herida leve al caerle encima la cristalera de una zapatería de la calle Alcalde García-Conde, hacia las cuatro y media de la tarde. Justo a esa hora se registraban las ráfagas más fuertes en la capital del Principado, de hasta 101 kilómetros por hora. La chica sufrió pequeños cortes en la cabeza y el cuello que no requirieron el ingreso hospitalario. De hecho, se fue por su propio pie después de que los servicios sanitarios le atendieran "in situ" en una ambulancia. Según el propietario del negocio, Luis Alperi, la puerta del establecimiento se abrió de golpe y el viento derribó el cristal "de dentro hacia fuera", justo en el momento en el que la chica pasaba por la calle. Los trabajadores de la zapatería recogieron a toda prisa la mercancía expuesta en el escaparate para que no se dañase a la espera de proteger el local con una mampara de madera.

Un accidente similar, pero sin heridos, ocurrió al mismo tiempo en una cafetería de la calle El Progreso, también en pleno centro urbano de Oviedo. El viento derribó una terraza hostelera que en ese momento estaba vacía, destrozándola por completo. Además, el área de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Oviedo clausuró temporalmente el Campo San Francisco ante el riesgo de la caída de árboles. Una medida que obligó a cerrar al público las actividades infantiles instaladas en el paseo del Bombé del Campo, es decir, la pista de hielo, el tobogán de Navidad o la carpa de espectáculos. La Policía Local también precintó el mercadillo de la plaza Porlier tras la caída de varios adornos navideños de gran tamaño.

Los Bomberos de Oviedo también intervinieron en la caída de unas luces de Navidad de la calle Río Ibias, en el barrio de Ventanielles, y la de un árbol en la carretera de subida al monte Naranco. En total, fueron 65 las intervenciones de los Bomberos y la Policía Local de Oviedo. El fuerte viento desprendió carteles e hizo caer cascotes de algunos edificios, lo que obligó a los vecinos a caminar con mucha precaución.

Efectos en el Suroccidente

El viento causó especiales daños en el Suroccidente asturiano. En Tineo se cayeron varios árboles a la AS-15, a la altura del túnel de Villanueva, que llegaron a alcanzar a un vehículo que transitaba por la calzada. Sus dos ocupantes, una pareja, resultaron ilesos. No obstante, la mujer tuvo que ser asistida por un ataque de ansiedad motivado por el accidente. Uno de los carriles de la corredor del Narcea quedó cerrado al tráfico en tanto se retiraban los árboles por el personal de mantenimiento de carreteras. Además, el paseo de los Frailes de Tineo quedó cortado por la caída de un árbol de grandes dimensiones. Dada la situación, el consistorio decidió suspender por precaución varias de las actividades previstas para la jornada como una carrera solidaria.

En Cangas del Narcea, el problema principal fue la caída de unos árboles en Tebongo, que provocó un corte de luz en la zona que ayer por la tarde trataba de resolver la empresa suministradora. En Belmonte de Miranda, el viento tiró un par de árboles en el barrio de El Convento, lo que provocó el corte de la carretera y daños en el tendido eléctrico que dejaron sin luz a tres viviendas. En Leitariegos, el viento fue especialmente fuerte, con rachas de hasta 125 kilómetros por hora. En Degaña, se logró abrir un carril de circulación en la zona del argayo registrado en Fondos de Vega y que dejó cortada al tráfico durante dos días esta vía fundamental para la comunicación con Cangas del Narcea.

En el Noroccidente hubo problemas similares derivados del viento. En Santa Eulalia de Oscos, se registraron varias caídas de árboles con daños al tendido eléctrico y de la luz. En concejos como Taramundi y Villayón, los vientos fueron superiores a los cien kilómetros por hora.

En Valdés, hubo varias incidencias como la caída de un árbol a la carretera nacional a su paso por Ranón o una fana en Brieves. El viento también provocó problemas en la señal de televisión. El regidor valdesano explicó que ya está señalizado el perímetro de seguridad para evitar que la gente se acerque a las grietas detectadas en la senda costera a la altura de Cadavedo. En El Franco, uno de los accesos a Viavélez, por la FR-1, quedó cortado por la caída de un árbol.

La alerta roja de Meteorología también afectaba a la costa asturiana, donde se esperaban grandes olas, por lo que se aconsejaba no acercarse. En Gijón, el oleaje alcanzó casi los cinco metros, y en otros puntos del Cantábrico se registraron alturas de casi nueve. Los aficionados al surf pudieron disfrutar de buenas olas en lugares como la gijonesa playa de San Lorenzo. Ayer de noche se decidió cerrar en Gijón el parque de Isabel la Católica. En el Oriente, el viento también se dejó notar en las alturas. En concejos como Cabrales se llegaron a registrar rachas de 125 kilómetros por hora.