La fiscal superior de Asturias, Esther Fernández, admitió ayer que en la investigación inicial desarrollada para esclarecer el asesinato de Sheila Barrero, perpetrado en enero de 2004, "no se practicaron una serie de diligencias", quizás por falta de medios, y que después de tantos años, las pruebas se degradan.

Esther Fernández realizó estas declaraciones antes de asistir a los actos conmemorativos del 196.º aniversario de la creación del Cuerpo Nacional de Policía, que se desarrollaron en el Palacio de Congresos de Oviedo.

Sheila Barrero, de 22 años, fue asesinada cuando regresaba a su domicilio en la localidad asturiana de Degaña tras finalizar su jornada como camarera en un pub de Villablino (León).

"No se por qué motivo. Si es que en aquella época no había mecanismos o técnicas, lo cierto es que después de tantos años las pruebas se degradan y ya no es lo mismo", señaló la fiscal superior al referirse a las diligencias que no se practicaron.

"No sé cuál hubiera sido el resultado si en aquel momento se hubieran podido hacer las cosas con las tecnologías y los medios que hay ahora", sostuvo Esther Fernández.

La Fiscalía del Principado solicitó el sobreseimiento provisional de la causa el pasado mes de diciembre por falta de pruebas, después de que una serie de análisis y de nuevas aportaciones a la investigación hicieran suponer que había nuevas pruebas para inculpar al único investigado hasta el momento por este crimen: el exnovio de Sheila Barrero.

La acusación particular, ejercida por la familia de Sheila Barrero, recurrió la petición de la Fiscalía, lo que es habitual en estos casos. Pero la fiscal superior indicó que la posición del fiscal "está bastante clara, explicada y justificada", aunque matizó que hay que esperar a que se resuelva el recurso. En cualquier caso, si aparecieran nuevas pruebas, se podría reabrir.