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Educación

De las aulas a la pantalla: así ha cambiado la Universidad con el covid-19

"Te sientes solo, en tu pecera, como un locutor de radio", aseguran los docentes

Mi aula es una pantalla: así son las clases de la Universidad en tiempos de covid

Mi aula es una pantalla: así son las clases de la Universidad en tiempos de covid Amor Domínguez

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Mi aula es una pantalla: así son las clases de la Universidad en tiempos de covid Amor Domínguez

Son las once de la mañana de un martes de noviembre pero la estampa de la facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Oviedo parece más propia de agosto. No hay reuniones de última hora en los pasillos ni bullicio en el entorno de la cafetería para romper el ritmo de la jornada.

El silencio más absoluto reina en el bloque desde que las clases comenzaron a ser online. El único indicio de movimiento en el edificio son unos guantes amarillos colgados en la última fila de la bancada de un aula y un carro cargado de escobas y desinfectante que los equipos de limpieza han dejado aparcado en uno de los pasillos desiertos. Es el reflejo de un otoño cambiante marcado por la pandemia.

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Las clases online dejan desierta la Universidad Irma Collín

Salimos del aulario y nos dirigimos al decanato. Un "post it" amarillo resume el estado de la situación a la puerta de un despacho: "Estoy en clase online, no entrar". La firmante de la misiva es Belén Álvarez que explica contabilidad a un grupo de 96 alumnos de primero. "Te sientes como un locutor de radio, es una sensación de soledad extraña, en una pecera, frente a una pantalla y sin feed back ninguno".

El despacho de Belén Álvarez en plena clase online Irma Collín

Un portátil, una pizarra virtual y varios cables complementan la explicación de los libros. "Intento adaptar las clases a la nueva situación y hago los esquemas a mano con ayuda de esta pizarra, creo que es mucho mejor que estar poniendo diapositivas o fotocopias", al otro lado un grupo de alumnos responden tímidamente a sus preguntas. "¿Estáis entendiendo, todo bien?" repite Belén como un mantra. "Yo les obligo, entre comillas, a que conecten la cámara para tener contacto con ellos, sobre todo cuando intervienen, pero es muy difícil. En las clases presenciales ves sus caras y sabes si te están siguiendo", asevera. Cada vez que alguien expone una duda apunta su nombre para llevar un "registro" de la participación. "Para los chavales más tímidos puede ser una oportunidad de plantear cuestiones sin la presión de estar en clase pero la experiencia del año pasado es que intervienen mucho menos".

Belén Álvarez, profesora: "Yo les obligo a que conecten la cámara para tener contacto con ellos, sobre todo cuando intervienen, pero es muy difícil"

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Las nuevas tecnologías son un avance pero la sensación entre el profesorado es contradictoria. "Si te gusta la docencia, esta es una sensación frustrante, ya era difícil en clase con las mascariilas que veías solo un tramito de cara, pero aquí no ves a tus alumnos", lamenta.

María García en la habitación de su casa siguiendo las clases online Irma Collín

A las dos menos cuarto de la tarde María García sigue la última clase del día. Su soleada habitación se ha convertido en aula, lugar de estudio y espacio de descanso. Este año ha comenzado el doble grado de Derecho y ADE pero su primer contacto con la Universidad ha sido muy diferente a lo esperado. "En casa estás más cómodo pero yo me concentro peor. Te levantas al baño, a beber agua o a comer, tienes más distracciones", explica. "Yo intento seguir el mismo horario que tendría si saliera a clase. Me levanto desayuno y dejo el móvil en la cocina para no tener muchas interferencias".

María García, alumna de la Universidad de Oviedo: "En casa estás más cómodo pero yo me concentro peor porque hay muchas distracciones"

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La generación de María ya preparó la EBAU online pero en la etapa universitaria echa de menos el contacto con los compañeros. "No nos conocemos y tengo muchas ganas de que todo esto acabe y pueda sentarme en un aula", lamenta. Belén Álvarez es de la misma opinión, "las clases online no pueden sustituir la presencialidad, la Universidad no son sólo los libros, es la relación social, los comentarios en clase. Eso los alumnos lo han perdido de momento".

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