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"Ojalá no hubiera reaccionado así", lamenta el acusado por la muerte de Carragal, al que agredió en las fiestas de La Florida

Fiscal y acusación sostienen que el acusado sabía que podía causar la muerte con la brutal patada que propinó al cudillerense

Arranca el juicio por la muerte de David Carragal

Arranca el juicio por la muerte de David Carragal Amor Domínguez

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Arranca el juicio por la muerte de David Carragal Luis Ángel Vega

“Nos buscan, a ver si nos encuentran”, escribió con sorna en Whatsapp Jorge C. C. a sus amigos poco después de agredir al maestro cudillerense David Carragal Garay, cuando éste se debatía entre la vida y la muerte. Es lo que se ha desvelado en la primera jornada del juicio por la muerte de Carragal, tras recibir una patada en la cabeza cuando se marchaba de las fiestas de La Florida, en Oviedo, el 11 de junio de 2019. El juicio por jurado se ha iniciado esta mañana en medio de una gran expectación mediática. 

El acusado se enfrenta a una petición fiscal de 11 años de cárcel por un delito de homicidio, que la acusación particular eleva a 16 años por asesinato. Ramón B. D. y A. S. S. están acusados de un delito de omisión del deber de socorro, por el que afrontan una pena de multa de 7.200 euros.

Los tres esperaron a entregarse hasta el día siguiente del fallecimiento de David Carragal, que tenía 33 años cuando le quitaron la vida. Alguno de los acusados ya eran conocidos en Llanes por sus brutales agresiones los fines de semana. Jorge C. aduce que Carragal amenazó con “rajarles”, si seguían “mirando” a las chicas que iban con el maestro cudillerense. Y explica que huyeron por miedo a ser agredidos.

“Dijo que como siguiéramos mirando a las chicas, nos iba a rajar”, ha declarado Jorge C. en el juicio con jurado. Fue por eso, ha dicho, por lo que le lanzó una patada “para darle un empujón y eché a correr”. El acusado ha añadido que “nunca había reaccionado así, ojalá no hubiera reaccionado así”. También ha señalado que la patada no fue fuerte y que no fue consciente de haberle dado en la cabeza. “Le vi trastabillearse, pero no caer”, indicó. Negó además haber molestado a chicas. 

“Yo no quería hacerle daño, ni que lo causara a mis amigos”, sostuvo. “No lo empujé fuerte, no pensé que fuese caer”, indicó. “Jamás pensé que pudiese causarle la muerte”, ha respondido a la fiscal.

Según la investigación, después de la brutal agresión el acusado se fue a comer un bocadillo. El joven ha aportado 20.000 euros para resarcir a la familia de Carragal. Aunque considera que no hay un ilícito penal, sí que ha expresado su arrepentimiento por lo ocurrido. Subsidiariamente, pide que se consideren los hechos como un delito de homicidio imprudente, y aduce varias circunstancias, como colaboración con la justicia, resarcimiento del daño y arrebato.

La fiscal Ana Belén Fidalgo ha defendido que los hechos fueron un delito de homicidio. Considera que Jorge C. tuvo que pensar que, con la patada en la cabeza que propinó a la víctima, había grandes posibilidades que Carragal cayese al suelo y pudiese matarse. No considera que Carragal estuviese indefenso y que pudo defenderse, motivo por el que no solicita una condena por asesinato. Ha negado además que Carragal supusiese una amenaza para el agresor y sus amigos, por lo que descarta que el ataque fuese un arrebato. La confesión, ha añadido, no fue tal, fue tardía, y tampoco fue veraz. Para cuando fue a confesar, la Policía ya sabía que el agresor era un tal Jorge de Llanes. En cuanto al resarcimiento del daño, tampoco lo hay, según Fidalgo, puesto que 20.000 euros es una cantidad ridícula que no puede reparar un daño tan grave como una muerte.

El abogado de la acusación particular, Ángel Bernal, ha pedido al jurado que aplique “la poca justicia que le queda a la familia de David Carragal”. “No fue una casualidad, como sostiene la defensa, sino que lo mató deliberadamente, porque quiso. Los tres rodearon a David Carragal, el principal acusado se colocó de lado para prepararse para dar una patada a un balón y se la propinó a David, que quedó completamente rígido y cayó a plomo”, ha dicho Bernal. Ha añadido que la patada provocó una lesión en la parte izquierda de la cabeza de Carragal, y que el contragolpe causó la hemorragia que le provocó finalmente la muerte. Ha descartado que fuese la caída en el suelo la causante de la muerte, sino la patada. “El que da una patada así sabe que puede causar la muerte”, ha añadido Bernal. “De amenazas nada, David no les insultó, molestaron a dos chicas primero y luego a las acompañantes de David Carragal, y después de golpear a la víctima aun intentaron agredir a otros jóvenes que iban en el autobús”, ha dicho. “Que nos están buscando, a ver si nos encuentran. Si no lo duermo, nos duerme”, dijo el principal acusado el día 12, lo que para la acusación particular descarta uno de los argumentos de la defensa, que no fueron conscientes de haber sido los causantes de las lesiones a Carragal. Bernal además entiende que hubo alevosía.

Gabriel Cueto, defensor de Jorge C. C., ha indicado que “este asunto empezó cuando los tres jóvenes acudieron para informarse si el incidente que habían vivido esa noche era el que se estaba publicando en la prensa con grandes incongruencias”. “Estos chicos no son pandilleros, ni forman una banda. Deben decidir si lo que pretendía Jorge no era otra cosa que apartar una amenaza. Se ha intentado hacer un caso mediático. Está influyendo el sensacionalismo”, ha añadido. Cueto insistió en que el joven lanzó una patada simplemente para apartar, y abonó la tesis de que la muerte la provocó la caída en el suelo, no el golpe lanzado por el joven llanisco. Ha asegurado que su cliente “lo siente” e invocó a aplicar el principio de in dubio pro reo. Cueto ha indicado todo se trató de un malentendido.

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