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La clave médica que descarta que la paciente de Mieres sufriera una trombosis por la vacuna de AstraZeneca

Una resonancia a la mujer aleja la posibilidad de que su caso se deba a la vacuna anglosueca, que Salud no está inoculando a menores de 55 años por precaución

Una profesional sanitaria sostiene un vial con la vacuna de AstraZeneca Juan Manuel Serrano Arce - Europa Press

La mujer de 55 años ingresada en el hospital Vital Álvarez Buylla de Mieres después de haber recibido la primera dosis de AstraZeneca no sufrió el tipo de trombosis cuya vinculación con un posible efecto secundario de la vacuna se está estudiando. Así se desprende de la última prueba de radiodiagnóstico practicada por los médicos para volver a estudiar las lesiones de la paciente, que se mantiene fuera de peligro y evolucionando favorablemente.

La paciente, cuya dolencia encendió las alarmas sanitarias al parecer compatible, inicialmente, con un posible efecto secundario de la vacuna de AstraZeneca, había recibido la primera dosis de inmunización el pasado 26 de marzo por su condición de trabajadora docente. Sin embargo, ahora se ha descartado que sus lesiones puedan corresponderse con una trombosis venosa cerebral, el accidente cerebrovascular que se vincula, en raras ocasiones, a la vacuna de AstraZeneca.

¿Por qué el cambio de parecer médico?

Según ha podido saber este diario, a la paciente se le practicó, al inicio de su ingreso hospitalario en Mieres, un angio-TAC. Fue en el resultado de esa prueba en el que se apreciaron lesiones que podrían corresponderse con una trombosis venosa cerebral, el tipo de episodio asociado –siempre en porcentajes de incidencia marginales– a la vacuna de Oxford y AstraZeneca. Se trata de un tipo de trombosis poco frecuente, al representar un porcentaje mínimo de los accidentes cerebrovasculares que se registran cada año en la región: suelen ser tan solo entre diez y quince de un total de 3.000. De ahí la alarma inicial en este caso: dada la baja incidencia de estas trombosis no era nada desdeñable su posible relación con un efecto adverso de la vacuna.

Sin embargo, fueron acumulándose paralelamente otras razones que ponían en duda la vinculación del episodio con la vacuna. Finalmente, un nuevo estudio de los daños, merced en este ocasión a una angio-resonancia magnética, reveló que las lesiones de la paciente son incompatibles con una trombosis venosa cerebral y, sin embargo, se corresponden con otro tipo de fenómeno. Podrían ser así granulaciones aracnoideas, unas protusiones que sirven para que el sistema circulatorio reabsorba el líquido cefalorraquídeo sobrante y que a veces pueden alcanzar un tamaño tan grande que pueden llegar a ocupar y dilatar los senos venosos, confundiéndose en ocasiones con lesiones propias de la trombosis venosa cerebral. Es precisamente una angio-resonancia la mejor prueba de diagnóstico no invasiva que permite distinguir con mayor claridad unas granulaciones aracnoideas gigantes de una trombosis de las que ahora se asocian a la vacuna de AstraZeneca en escasísimos casos. Y de esta forma ha ocurrido, en principio, con la paciente asturiana. El caso de la enferma de Mieres se aleja así de una posible vinculación con la vacuna.

Por otra parte, según ha podido saber este periódico, la Consejería de Salud del Principado “no está aplicando” dosis de AstraZeneca a menores de 55 años. Esta información es relevante toda vez que los casos de trombosis que se están estudiando en diferentes países tras la aplicación de la vacuna de la firma anglo-sueca se han producido mayoritariamente en menores de 55 años.

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