Resultaba difícil creerlo hace unos meses, pero el momento ha llegado. Los asturianos viven una etapa de máxima confianza en las vacunas anticovid. Anteayer, sábado, por ejemplo, solo una persona rechazó el suero que se le ofrecía entre un total de 8.046 dosis administradas. Tanto han cambiado las tornas, que la marca que más reticencias suscitaba, AstraZeneca, ha sido la elegida este pasado fin de semana por más del 90 por ciento de los más de 10.000 trabajadores esenciales menores de 60 años a los que el Gobierno y el Principado recomendaron recibir una segunda dosis de Pfizer después de la primera de la vacuna anglosueca que les habían aplicado meses atrás.
Apoyadas en este dato, las autoridades sanitarias quieren impulsar en las próximas semanas el proceso de repesca de personas que fueron llamadas para inmunizarse tiempo atrás y que respondieron de forma negativa. También el de aquellos con los que no llegó a ser posible establecer contacto con el dispositivo informatizado de citación.
Para llevar a cabo este cometido, la Consejería de Salud ha recurrido a un grupo de militares de Cabo Noval que venían encargándose del rastreo de contactos estrechos de los nuevos contagiados. Ahora se les ha encomendado otro tipo de rastreo: el de asturianos cuyo teléfono no consta en los registros del Servicio de Salud del Principado (Sespa), o el de aquellos de los que se tenían datos equivocados. Objetivo: reiterarles la oferta de vacunarse.
El principal grupo en estas circunstancias es la población de 60 a 69 años a la que en su momento se les ofreció sueros de AstraZeneca en un periodo de baja confianza basada en las noticias de efectos secundarios. Por eso, en adelante y para evitar suspicacias, a este segmento de edad se les aplicará Pfizer, Moderna o Janssen, pero no el suero anglosueco. En la citada franja aún no ha recibido ningún pinchazo el 8,7 de sus miembros, o sea, unas 13.000 personas. El segundo pinchazo aún tiene una tasa de cobertura muy baja debido a que en la marca anglosueca la segunda dosis se aplica entre diez y doce semanas después de la primera.
A nadie se le escapa que si en la franja de 60 a 69 años hay un porcentaje elevado de personas ilocalizables se debe, entre otras razones, a que ellos mismos no han puesto mucho interés en ser hallados. Y bajo este desinterés subyace, en muchos casos, la desconfianza en la vacuna.
Como contraste a los datos del grupo de 60 a 69 años, en el segmento de 70 a 79 años la totalidad de la población ha recibido la primera dosis, y el 98 por ciento la segunda. Es cierto que este grupo fue llamado con anterioridad, pero resulta llamativo el grado de cobertura alcanzado, superior al registrado entre los mayores de 80 años.
El plan de la Consejería de Salud establece, una vez concluida la ronda de vacunaciones a través de la herramienta informática, que se realicen llamamientos públicos –también por tramos de edad– dirigidos a quienes no estén aún vacunados.
Tal y como adelantó este periódico, los asturianos de edades comprendidas entre 30 y 39 años comenzarán a ser vacunados frente al covid-19 en la segunda quincena de este mes de junio, previsiblemente en la semana del 21 al 27. En el momento actual se está llamando al grupo de 40 a 49, el de mayor volumen de la región, con algo más de 166.000 integrantes. El de 30 a 39 es mucho menos numeroso: poco más de 111.000 personas.
Para hoy lunes están citadas numerosas personas nacidas en 1974. También han empezado a ser llamadas las de 1975. En el momento actual, ha recibido la primera dosis de la vacuna algo más del 51 por ciento de la población, y la pauta completa cerca del 32 por ciento. El compromiso del Ministerio de Sanidad consiste en suministrar dosis suficientes para que a finales de agosto esté inmunizada el 70 por ciento de la población española.
Siguen bajando los contagios a medida que avanza la campaña de vacunación, aunque los botellones continúan
En Cataluña no se ha registrado ningún fallecimiento por covid en las últimas 24 horas y en la Comunidad de Madrid se han notificado tres muertes, mientras sigue descendiendo el número de contagios por el virus en casi toda España a medida que avanza la campaña de vacunación. Un día más se han visto las dos caras de la pandemia. Mientras los servicios sanitarios se afanan en vacunar al mayor número de personas, una parte de la población prescinde de las normas de seguridad y distanciamiento, como las más de 6.000 que en la noche del sábado, en Barcelona, volvieron a reunirse para hacer botellones en distintos puntos de la ciudad y tuvieron que ser desalojadas. Como consecuencia, y pese a que los datos epidemiológicos y la situación hospitalaria siguen mejorando en Cataluña, ayer se notificaron 1.465 nuevos infectados, frente a solo 759 la víspera, y ningún fallecido (uno el sábado), y vuelve a descender tanto el número de pacientes ingresados en los hospitales como los que están graves en las unidades de cuidados intensivos. En la Comunidad de Madrid, el número de contagios ha seguido en descenso, con 409 registrados este domingo frente a 759 del sábado. Ha caído también el número de fallecidos: 3 frente a 9. Sin embargo, los hospitales han registrado un leve aumento de la presión asistencial, aunque la región sigue estando por debajo del millar de ingresos. Mejora también el País Vasco, que sumó en 24 horas 205 contagios por covid, la cifra más baja desde agosto de 2020. Castilla y León comunicó ayer tres fallecidos por covid en los hospitales, mientras que los nuevos casos diarios han caído hasta 111. En Andalucía ha bajado el número de ingresados en los hospitales en 46 en el último día, y la cifra se sitúa en 711 (178 en las UCI), cinco menos que anteayer, sábado.
