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Aumentan los casos de cáncer grave sin diagnosticar por la escasa atención médica

La falta de consultas presenciales y el temor a ir a un hospital se traducen en tratamientos con la enfermedad avanzada, según los especialistas

Fachada principal del HUCA con el indicativo del área de Oncología. | E. P.

El número de cánceres graves sin diagnosticar se multiplica en Asturias, reconocen oncólogos de centros sanitarios asturianos. La falta de diagnósticos a causa de la pandemia puede provocar un aumento de la mortalidad entre los pacientes, ya que muchos casos están siendo diagnosticados ahora y cuando acuden a los tratamientos médicos presentan ya un avanzado desarrollo de la enfermedad, sostienen fuentes sanitarias.

La falta de atención presencial y el hecho de que muchas dolencias terminasen resueltas telefónicamente ha alterado el sistema de detección temprana. Los médicos reconocen que síntomas diversos que pueden ser compatibles con enfermedades graves se han quedado durante estos meses al margen de los sistemas de diagnóstico, por lo que ahora reciben pacientes que presentan un estado avanzado de algunas dolencias, entre ellas el cáncer. A esto se suma que otras personas no consultaban su malestar para evitar tener que acudir a un centro hospitalario.

Margarita Fuente, presidenta en Asturias de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), ya había advertido el pasado mes de enero de la repercusión de la pandemia en la vertiente asistencial. “Según nuestra información, los pacientes que ya estaban en el circuito de pruebas y tratamientos han recibido una asistencia correcta. Lo peor ha sido con los nuevos diagnósticos. De hecho, a nivel nacional los diagnósticos han bajado un 21 por ciento, y eso significa que la gente llega ahora en estadíos más avanzados”.

En el hospital de Cabueñes, centro de referencia del Área Sanitaria V (Gijón, Villaviciosa y Carreño, con casi 290.000 habitantes) preocupan desde hace unos meses las cifras de los nuevos casos de cáncer que están llegando al centro. La pandemia ha supuesto en algunos tipos de tumores malignos un diagnóstico tardío, y esa circunstancia, unida al hecho de que es necesario retomar el pulso a los tratamientos y las operaciones pospuestas, podría generar problemas a la hora de sacar adelante el trabajo acumulado en los meses pasados, con un hospital tomado por el covid y con la actividad reducida a lo esencial para minimizar contagios y salvaguardar a los pacientes del coronavirus. Muchos pacientes, directamente, no hicieron caso a los síntomas que pudieran haber tenido, o han sido diagnosticados tardíamente simplemente porque no se hicieron las revisiones anuales de control por miedo al contagio.

Lo explica José Carlos Fernández, jefe de servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo en el Hospital de Cabueñes: “Los tumores más evidentes, como los de mama o colon, no han sufrido este problema, porque son tumores que se notan; una mujer va al médico cuando se nota un bulto en el pecho cuando hay un sangrado por vía rectal, pero otros tumores pasan desapercibidos. Mucha gente que se nota cansada o que tiene otros síntomas menos evidentes quizás no acudió a tiempo al médico”, sostiene. Y eso es lo que se empieza a ver, aunque no hay aún estadísticas oficiales.

Los tumores más evidentes, como el de mama o el de colon, no han sufrido retrasos, pero otros pasan desapercibidos y son los que presentan mayor problemática

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En Gijón preocupa ahora mismo que se incremente ese perfil, que en algunas áreas se está notando más que en otras. “En casos de tumores de mama o colon se han llevado más al día, especialmente en el de mama porque más del 90 por ciento de las mujeres se operan y van para casa en el día, no necesitan cama reanimación, y así hemos ido salvando con mucho esfuerzo”, explica Fernández.

En el caso de tumores de colon, se está intentando acelerar para que no pasen más de dos meses entre el diagnóstico y la operación, pero lo importante y más preocupante ahora mismo son los tumores que no dan la cara, los que tardan más en manifestarse o simplemente han sido pasados por alto. Por ejemplo, recuerda Fernández, casos como los hematológicos, en los que podría darse también un incremento porque son de los que no muestran una evidencia palpable salvo cuando la enfermedad ya está más avanzada.

A ello se añade que en el caso de Gijón la pandemia arrasó cuando más se necesitaba la ampliación del centro, “un hospital, el de Cabueñes, que no está a la altura”, convienen muchos profesionales que desempeñan su labor en él. “Además de que se generen retrasos en las listas de espera de cirugías, aunque las más urgentes siguieron realizándose, lo que nos preocupa es poner al día tratamientos para enfermedades que llegaron con un diagnóstico retrasado y otras patologías que necesitan igualmente de una pronta atención; lo que está claro es que no hay suficientes quirófanos, ya no los había antes y ahora estamos peor con todo el trabajo pendiente”, explica también el doctor Carlos Laso, cirujano del aparato digestivo.

Y todo ello a puertas del verano, cuando empezarán las vacaciones y tradicionalmente se rebajaba la actividad. Los médicos “hacemos lo que podemos, y ahora le están saliendo los colores al hospital. La ampliación de Cabueñes es tan urgente que no se puede obviar. No hay excusa para que no se empiece cuanto antes y con una buena dotación económica”, concluye.

Con todo, muchos médicos llaman a la prudencia porque “estamos hablando de sensaciones más que de números concretos que habrá que analizar”, pero sí está claro que “hay enfermedades que se podrían haber detectado antes, quizás con mejor pronóstico, y que es previsible que empiecen a llegar a partir de ahora, con la recuperación de la actividad normal”.

En el área sanitaria del Nalón, su gerente, Bernabé Fernández, aseguró que “durante la pandemia hemos mantenido las cirugías oncológicas y las urgentes”.

Esta ha sido la tónica general, se concluye de las conversaciones con otras fuentes sanitarias, quienes también coincidieron en destacar el esfuerzo realizado por el conjunto del personal sanitario para atender a los pacientes de covid, pero también a todos los demás, pese a las enormes dificultades a las que se enfrentaban cada día. “A las citas pospuestas hay que añadir las nuevas que se fueron incorporando y las que habrá que añadir antes de que consigamos ponernos al día”, aseguraron.

Pacientes que se sometieron a tratamiento oncológico durante la pandemia señalaron que no habían percibido cambios en la atención, aunque no escondieron el temor que les producía contagiarse.

El Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) recibe al año una media de 2.100 primeras visitas de enfermos oncológicos. Según las fuentes consultadas, las estadísticas correspondientes a 2020, el año de la pandemia por coronavirus, no muestra una avalancha de nuevos casos, sino que el índice de primeras visitas se mantiene en el mismo rango de influencia que en el anterior ejercicio.

¿Y se prevé que se produzca esa avalancha en este ejercicio? Las mismas fuentes indicaron que “es impredecible. De momento no se ha detectado tampoco un incremento llamativo de casos respecto de años anteriores, pero habrá que esperar al cierre del ejercicio y a conocer la estadística final oficial”.

Otro asunto que preocupa es la incidencia que haya podido tener la pandemia en la muerte de pacientes oncológicos durante el último año. Los especialistas consultados señalaron que “nadie se puede atrever ahora mismo a hacer previsiones estadísticas sobre la incidencia del covid en la mortalidad de personas enfermas de cáncer. Habrá que esperar más de un año para poder hablar con cifras reales y no de sensaciones”, señalan, porque para saberlo será necesario estudiar los casos al detalle. “Ahora es muy prematuro. Habrá que esperar para ver las cifras regionales y también las nacionales”.

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